La incontinencia urinaria afecta a una gran cantidad de personas y aumenta con un nivel considerable con la edad. Se calcula que, en España, en torno a seis millones de personas la padecen y en mucha mayor proporción las mujeres. Si estamos en ese grupo de población hay que tener presente que tenemos vida laboral, sexual y social y que podemos tomar medidas para nuestra calidad de vida no sufra.

Lo primero será consultar con un médico para hablar a cerca de nuestro problema y poder abarcar nuestro caso en particular del mejor modo posible.

Quienes sufren pérdidas de orina pueden presentar molestias físicas y hay que tener ciertos cuidados para evitar las irritaciones cutáneas ya que además en estas áreas la piel es muy sensible. Lo mejor es evitar el uso de jabones fuertes y usar los absorbentes adecuados especiales para incontinencia. Indasec® diseña sus compresas teniendo en cuenta estos factores por lo que absorben en segundos y protegen la piel. Estos son suaves y están fabricados con materiales transpirables para evitar irritaciones.

Es una realidad que la incontinencia puede afectar a aspectos de la vida diaria que abarcan desde el sueño, la familia, el trabajo hasta el ocio. A veces la vergüenza, el rechazo hacia la situación o la sensación de incomprensión social puede hacer que las relaciones personales y de pareja sufran. Algunas dejan de practicar deporte, les incomodan las relaciones de pareja, cambian sus conductas o se aíslan.

Por lo tanto, la incontinencia urinaria, además de afectar a nivel físico también influye en nuestra salud mental. Un estudio reciente apunta que las mujeres con incontinencia tienen mayor índice de depresión y niveles más bajos de autoestima. Por eso es tan importante buscar ayuda de un profesional tanto para tratar la incontinencia como, si lo vemos necesario consultarlo con un psicólogo.

Por último, un fisioterapeuta también nos podrá dar pautas sobre ejercicios y mejora postural para reeducar nuestros hábitos posturales. Queremos buscar una buena alineación para que las presiones que se dirijan al suelo pélvico sean las adecuadas.

Buscar las mejores soluciones posibles y seguir las recomendaciones de estos profesionales hará la diferencia.

Quizá nos supone un cambio de hábitos hacia un estilo de vida más saludable, con una dieta más sana y que incluya ejercicio. Esto, también repercute en que nos sintamos mejor a todos los niveles y aumente nuestra autoestima.

Y piénsalo, imagínate quedando con tus amigas de Pilates después de salir de clase. ¿No sería genial?