¿Qué sabes sobre los Ejercicios de Kegel?

¿Qué sabes sobre los Ejercicios de Kegel?

Los ejercicios de Kegel son una serie de ejercicios destinados a fortalecer los músculos pélvicos a fin de prevenir alteraciones comunes como las pérdidas leves o facilitar el parto; aunque también son buenos aliados en el ámbito de las relaciones sexuales para conseguir un mayor placer sexual.

Seguro que ya habías oído hablar de esto, pero, ¿sabes en qué consisten exactamente? Te lo contamos todo en el post de hoy.

Fue en la década de 1940 cuando el doctor Arnold Kegel desarrolló estos ejercicios como método para controlar las pérdidas leves, especialmente tras el parto.

El propósito de estos ejercicios es fortalecer los músculos pélvicos y mejorar el control de esfínteres.

Lo primero, localizar bien los músculos

El suelo pélvico está formado por una serie de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior y cuya función principal es sostener los órganos pélvicos en la posición adecuada.

Además, debemos localizar el core o núcleo central que hace referencia a la capa de músculos más profunda situada justo en el centro de nuestro cuerpo sirviéndonos de soporte y estabilidad a la columna y a la pelvis sin que seamos conscientes.

La comodidad, imprescindible

Una vez hemos identificado las partes de nuestro cuerpo que vamos a trabajar es primordial encontrar una postura en la que te sientas cómoda, para ello puedes ir probando tumbada boca arriba, de lado o incluso boca abajo (si te cuesta especialmente trabajar esta musculatura). Si te estás preguntando por qué no puedes hacerlo de pie, la respuesta es porque, al tumbarnos, eliminamos la gravedad sobre las vísceras pélvicas y esto hace que resulte más sencilla la contracción muscular. Cuando tengas más práctica podrás ir derivando a otras posturas como a cuatro patas o, incluso, de pie.

Lo más importante, una vez hayas elegido la postura en la que te encuentras más cómoda, es respetar ciertas pautas, es decir, tener la columna vertebral recta y elongada, la pelvis debe estar colocada de forma neutra y con la curva lumbar suavizada antes y durante las contracciones musculares.

¡No dejes de respirar!

Cuando hacemos un esfuerzo o prestamos demasiada atención a un ejercicio tendemos a olvidar que tenemos que seguir respirando mientras hacemos el ejercicio en cuestión y, por supuesto, adecuar la respiración al ejercicio.

Para trabajar la respiración junto con las contracciones puedes empezar realizando contracciones del suelo pélvico y, mientras, normalizar la respiración, esto significa, no realizar apneas (dejar de respirar) ni aumentar el ritmo de la respiración. Lo ideal es encontrar el punto en el que, con los músculos pélvicos contraídos, puedas respirar de forma normal. Esto te ayudará para que seas capaz de activar tu suelo pélvico ante aumentos de presión puntuales como los que producen las acciones de toser o estornudar.

Después de la tormenta, llega la calma

Tras realizar una contracción debes relajar los músculos lentamente, dejando que regresen a su posición inicial. También puedes realizar un par de respiraciones antes de volver a contraer y, por supuesto, hacer descansos entre series. Esto significa que debes tomar al menos 20 segundos de descanso tras una serie de contracciones, antes de pasar a la siguiente y puedes realizar alrededor de 3 series de 15 contracciones cada una, para ir empezando. Las contracciones pueden tener una duración de entre 3” y 10”.

Recuerda, lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Al principio tendrás que prestar mucha atención para realizar una simple contracción, es normal, pero como todo, con la práctica se mejora y después de un tiempo te descubrirás a ti misma haciendo los ejercicios sin apenas ser consciente del trabajo que realizas.

¿Sabías qué…?

A pesar de que los ejercicios de Kegel se suelen asociar a las pérdidas leves, también tienen otros efectos en nuestro organismo.

Estamos hablando de las relaciones sexuales, y es que no siempre somos conscientes de que podemos trabajar para mejorar nuestra vida sexual. En este caso, un buen control y capacidad de contracción de los músculos vaginales nos facilitará tener relaciones sexuales más satisfactorias y orgasmos más intensos.

Tómate tu tiempo para realizar estos ejercicios, pruébalo cuando estés cómoda y te sientas con ganas, los resultados hablarán por si solos y seguro que te dejarán encantada.

Como siempre, puedes dejarnos tus comentarios, y no olvides seguir informada de este y otros temas de interés en nuestra página de Facebook y en nuestro perfil de Instagram. ¡Que pases un feliz día!

Más sobre los ejercicios Kegel

Más sobre los ejercicios Kegel

En alguna ocasión hemos hecho referencia a la importancia de los ejercicios Kegel para fortalecer nuestro suelo pélvico y paliar los efectos de la incontinencia urinaria. Como ya sabemos, es muy frecuente que a causa de embarazos, partos, la deficiencia estrógenica, o incluso factores como la obesidad, debiliten los músculos de nuestro suelo pélvico. Este debilitamiento del suelo pélvico genera pérdidas involuntarias de orina que se incrementan con maniobras como la tos, la risa, los esfuerzos en general o los estornudos.

Para reducir estas pérdidas, es muy recomendable realizar unos ejercicios adecuados, pero, para ello, es imprescindible haber localizado bien los músculos del suelo pélvico sobre los que hay que actuar. La importancia de localizar bien estos músculos residen en que si realizamos estos ejercicios sobre otros músculos, como abdomen, nalgas, caderas… podemos obtener un efecto contrario al deseado porque estamos ejerciendo más presión sobre los músculos que controlan la vejiga. (más…)

Ejercicios Kegel

Ejercicios Kegel

Ya hemos repasado por qué es importante reforzar los músculos del suelo pélvico y cómo detectar esos músculos que deben ser estimulados y reforzados. El siguiente paso, en el que nos vamos a centrar hoy, es conocer los ejercicios concretos de Kegel que nos ayudarán a reducir las pérdidas involuntarias de orina.

En primer lugar debemos tener la vejiga vacía para comenzar a trabajar. Una vez así, contraeremos los músculos y contaremos hasta 10, para, posteriormente, relajarlos completamente y volver a contar hasta 10. Es conveniente realizar este ejercicio tres veces al día (mañana, tarde y noche) y diez veces cada vez que lo realicemos. No nos llevará más de cinco minutos. No es recomendable aumentar ni la frecuencia del ejercicio, ni tampoco el número de repeticiones, ya que esto, más que ayudarnos, lo que podría originar es una fatiga muscular poco recomendable. (más…)

¿Problemas? ¡Kegel!

Sucede a veces que durante las relaciones sexuales aparece el dolor. Pensamos entonces que el problema está en los tamaños, que el de nuestra pareja excede nuestra “capacidad” y que deberíamos tener la vagina más grande. Esto es un error: ni él es excesivo, chistes aparte, ni nosotras somos “defectuosas”; generalmente, y descartando patologías que
no vienen al caso, se trata de una mala estimulación sexual. Puede ser porque no haya habido suficiente juego previo, porque no estemos muy inspiradas, pero también sucede porque el Suelo Pélvico, ese conjunto muscular que mantiene los órganos pelvianos en su sitio y regula nuestra actividad urogenital, no está lo suficientemente fuerte o tonificado. Esto produce lo que se conoce como pared vaginal distendida, que, contradiciendo al chascarrillo popular, no se produce por “exceso” de actividad sexual, sino, por el contrario, por una dejación de la movilidad de esta musculatura. (más…)

Más sobre ejercicios Kegel

Como ya sabemos, es muy frecuente que a causa de embarazos, partos, la cirugía ginecológica, la deficiencia estrógenica, o incluso factores como la obesidad, debiliten los músculos de nuestro suelo pélvico. Este debilitamiento del suelo pélvico genera pérdidas involuntarias de orina que se incrementan con maniobras como la tos, la risa, los esfuerzos en general o los estornudos. Para reducir estas pérdidas, es muy recomendable realizar unos ejercicios adecuados que se denominan ejercicios Kegel y que resultan esenciales para poder fortalecer nuestro suelo pélvico y paliar los efectos de la incontinencia urinaria.

Para ello, es imprescindible haber localizado bien los músculos del suelo pélvico sobre los que hay que actuar. La importancia de localizar bien estos músculos residen en que si realizamos estos ejercicios sobre otros músculos, como abdomen, nalgas, caderas… podemos obtener un efecto contrario al deseado porque estamos ejerciendo más presión sobre los músculos que controlan la vejiga.

(más…)