Con la llegada del verano, aumentan las probabilidades de vernos afectadas por la cistitis, que aunque es una infección de la vejiga y uretra que se puede dar durante todo el año, crece en verano porque estamos más expuestas a los factores que la originan. Comúnmente solemos relacionar la cistitis con la infección de orina, y efectivamente así es, sin embargo, debemos tener presente que no todas las infecciones de orina son cistitis. La cistitis la reconoceremos rápidamente por síntomas como el escozor al orinar, el malestar por querer ir al baño constantemente pero no orinar casi nada…
Algunas de las causas que originan esta cistitis son la humedad (más presente ahora por llevar continuamente el bañador), el agua de las piscinas o el uso de geles que no son muy compatibles con nuestra flora regional. Estas causas alteran de alguna manera nuestra flora vaginal, dejándola desprotegida y haciéndola más propensa a este tipo de infecciones. Otro factor que contribuye a la aparición de esta dichosa cistitis (se calcula que el 60% de las mujeres padecerán esta infección a lo largo de su vida) son las relaciones sexuales continuadas, que aunque pueden favorecer la aparición de ésta, en ningún caso son las transmisoras de la bacteria que la origina. Es decir, ni el hombre ni la mujer son transmisores de este germen que recibe el nombre de E.coli. Lo que sucede en estos casos es que la E.coli (bacteria que se desprende del intestino a través de las heces), que suele instalarse en la zona perineal (entre la vagina y el ano) es arrastrada hasta la vejiga originando la infección. Es por eso que se recomienda orinar después de mantener relaciones sexuales y sobre todo cuidar la higiene de nuestra parte íntima.
Beber alrededor de un litro y medio de agua al día o tomar arándano rojo también nos ayudará a luchar contra esta infección tan moleta, pero a la vez tan fácil de tratar. Precisamente en estos tratamientos suele abundar los remedios caseros en los que el arándano es el protagonistas debido a que sirve muy bien para eliminar la E.coli y además impide que ésta se pegue a la pared de la vejiga.
Fuente| El Mundo.es
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