Hemos estado unos días fuera de casa, relajándonos y sin trabajar, en el pueblo con nuestros familiares o quizás en la playa, en la montaña o en cualquier otro sitio que nos ha servido para desconectar. Y claro, desconectar del trabajo, también significa desconectar de una rutina, de una dieta que llevamos durante todo el invierno, de unos horarios y de unos hábitos (sobre todo alimenticios) que ahora nos cuesta retomar. Desde las horas de sueño, que posiblemente hayan aumentado durante estos días, hasta los horarios en nuestras comidas… hemos modificado todo y ahora cuesta volver a la carga. Sin embargo, siguiendo una serie de consejos muy fáciles y prácticos, esto será mucho más sencillo.

Una de las cosas en las que están de acuerdo todos los expertos es que es bueno que volvamos de vacaciones un par de días antes de reincorporarnos al trabajo. Gracias a esto iremos familiarizándonos de nuevo con nuestro entorno y nos dará tiempo a hacer un recuento de cómo han ido esas vacaciones, lo bien que lo hemos pasado, pero también lo necesario que es volver al trabajo. En estos días previos a comenzar a trabajar de nuevo hay que concienciarse de que ya hemos cogido toda la energía que nos hacía falta y que habíamos perdido durante todo el año y que ahora ya seremos capaces de afrontar todas las actividades que tenemos que realizar.

Si este optimismo y concienciación a la vuelta de las vacaciones lo acompañamos además de una dieta equilibrada (retomándola o bien comenzándola de cero si nunca la hemos tenido) los beneficios serán mucho mayores y más rápidos. Incluir legumbres en nuestras comidas al menos dos veces por semana será una manera de evitar el estreñimiento, además de estar proporcionando al cuerpo una comida que seguramente no hemos tomado en todo el verano. Si además a esas legumbres añadimos las frutas y verduras necesarias, las infecciones, virus y enfermedades tan típicas del otoño lo tendrán más complicado a la hora de hacerse con nosotras. Una buena idea, por ejemplo, es tomar esas frutas en el desayuno. Hay muchas personas que no dan al desayuno la importancia que se merece. De hecho, hay días que ni siquiera desayunan y eso está completamente desaconsejado. De hecho, el desayuno es probablemente la comida más importante del día, la que nos aporta toda la energía con la que iremos tirando durante el día y tiene que ser rica en proteínas, lípidos y glúcidos.

Y si de hábitos alimenticios hablamos, a la vuelta de vacaciones, pero como también durante todo el resto del año, es muy recomendable que a mitad del día paremos a tomar algo. Un café, un snak, cualquier té o infusión… Además de ser bueno para hacer funcionar nuestro metabolismo y que éste trabaje, también es muy recomendable porque gracias a este parón a media mañana desconectamos un poco de lo que estamos haciendo y retomaremos nuestra actividad con más energía y también con más ganas.

Esto tan solo son algunos consejos para la vuelta de vacaciones, sin embargo, cada persona conoce lo que mejor y lo que peor le viene, por lo que debemos intentar fomentar eso que nos hace bien y evitar aquello que nos hace daño. No sólo en la vuelta de vacaciones, también en nuestro día a día.

Imagen| Bigstockphoto