Trabajar todos nuestros músculos es un objetivo constante en nuestra vida porque sabemos que es una forma más de vivirla con calidad. En ocasiones los trabajamos conscientemente por prevención y bienestar pero no prestar la suficiente atención a un grupo muscular puede conllevar su debilitamiento, el cual también puede ser provocado por otras causas, como es el caso del suelo pélvico.
El fortalecimiento del suelo pélvico se hace necesario por diferentes motivos, la prevención es uno de los más acuciantes y por ello comienzan a incorporarse ejercicios para trabajarlo en las sesiones rutinarias de clases en el gimnasio o en talleres indicados exclusivamente para este efecto. Pero si ya se padece incontinencia urinaria el fortalecimiento se hace igual de imprescindible ya que el suelo pélvico es el encargado de reaccionar ante situaciones de urgencia.
Los músculos del suelo pélvico se hacen así indispensables en diferentes actividades y funciones, desde la continencia a la vida y calidad sexual. Para cuidarlos y mantenerlos en forma existen ejercicios como la gimnasia hipopresiva o el método Kegel pero también hay otras causas externas que los debilitan. Entre ellas la obesidad, el estreñimiento, la tos crónica, el tabaquismo, o incluso la ropa ajustada que se unen a otras causas menos controlables como el parto o la menopausia.
Como prevención o como contención a futuros problemas urinarios se hace imprescindible tomar conciencia sobre el trabajo en este grupo muscular que, por no estar visible, puede relegarse a un segundo plano. Ser conscientes de nuestro suelo pélvico, de sus necesidades y de su efecto en el cuerpo sólo puede ayudarnos a mejorarlo y a incluir rutinas nada costosas en nuestro día a día que agradeceremos a la larga.
Imagen| Bigstockphoto