Ya están aquí. Grandes carteles de colores llamativos y con signos de porcentaje invaden los escaparates. Llega la cuesta de enero y con ella las rebajas, esa oportunidad de adquirir a buenos precios lo que necesitamos y que solíamos convertir en compras de capricho.

Todas las temporadas nos ocurre lo mismo, sabemos lo que queremos pero tras una tarde de compras de rebajas volvemos a casa con prendas que son más bien un capricho y no tienen nada de necesidad. Para controlar esa ansiedad que surge ante los precios bajos de “no puedo dejar esa prenda ahí” lo primero es pensar antes de lanzarnos a las calles o los centros comerciales; para lograrlo nos fijamos en los consejos que propone la OCU. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios recuerdan que es fundamental escribir una lista con los productos que necesitamos adquirir y prestar atención a las etiquetas, que deben mostrar el precio con y sin rebaja, y a los servicios postventa, que deben garantizar los mismos derechos que el resto del año.

También ayuda al bolsillo plantearse un presupuesto cerrado y, para no saltárselo, dejarse las tarjetas de crédito en casa y acudir a los establecimientos con el dinero en efectivo que podamos gastarnos. Pero ¿qué es lo que necesitamos? Lo primero que debería incluir nuestra lista son las prendas y complementos de uso diario que ya tenemos deteriorados, después ropa que tengamos previsto adquirir en un futuro, por ejemplo para algún evento, y después optar por las clásicas prendas “fondo de armario” que siempre podremos ponernos.

Las rebajas durarán como mínimo 15 días y en  muchas tiendas su periodo se extiende hasta los dos meses por tanto si pensamos en adquirir un producto que no necesitamos siempre podemos darnos algo de tiempo para pensar o incluso para ajustar nuestro presupuesto cuando lleguen las segundas rebajas.

 

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