A cualquiera nos puede afectar, en cualquier momento de nuestra vida. Lo mejor, antes de que ocurra, es tratar de prevenirlo. Hoy os vamos a recomendar cinco acciones que pueden retrasar o directamente evitar, que la molesta Incontinencia Urinaria haga aparición.

Existen numerosas causas por las que el Suelo Pélvico se debilita: problemas derivados de embarazo y parto, cambios hormonales, asociados o no a la menopausia, problemas médicos como una intervención quirúrgica o sobrepeso, son solo algunas de ellas. Por eso es tan importante tratar de mantener los músculos que lo componen en el mejor estado posible. Para ello, nada como los Ejercicios Kegel a diario. Ante cualquiera de las agresiones antes descritas, un Suelo Pélvico tonificado y fuerte tiene muchas más posibilidades de resistir o recuperarse que uno ya anteriormente debilitado.

Procura llevar una dieta equilibrada. Esto evitará que caigas en el sobrepeso, algo que influye, y mucho, en la aparición de este síntoma, y al tiempo favorecerá una actitud más activa ante la vida, lo que impedirá las actitudes de depresión o aislamiento que a veces se adoptan si aparece la Incontinencia, lo que no haría sino agravar los síntomas. Una dieta sana y una vida sana son siempre lo más recomendable.

Hidrátate mucho: bebe unos dos litros de líquido al día. Agua, zumos, infusiones, la forma es lo de menos. Mantenerse hidratada ayuda a un mejor estado anímico y de salud, e impide que la orina aparezca demasiado concentrada, lo que podría derivar en irritaciones o infecciones que desembocarían en episodios de Incontinencia.

Ve al baño siempre que lo necesites. Contenerte durante largos períodos de tiempo puede ser muy perjudicial, ya que tu cuerpo se acostumbra a desoír la “llamada” de la Naturaleza inhibiendo tu respuesta natural al estímulo.

Por último, procura contraer el Suelo Pélvico con fuerza cada vez que preveas que se va a producir un aumento de presión en la zona abdominal: un ataque de tos, un estornudo, al levantar un peso fuerte, una carcajada… aprende a hacerlo hasta que lo repitas casi de forma instintiva: evitarás los “escapes” y, poco a poco, tu Suelo Pélvico estará cada vez más tonificado.

Pequeños gestos pueden suponer grandes diferencias. Hagamos que nuestro día a día se convierta en una inversión en salud de cara al futuro.

Fuente|Instituto Indas
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