Con ellas trabajamos, comemos, acariciamos. En ellas vemos el paso del tiempo y de la vida. Nuestras manos son muy importantes, por su uso y por su estética y en ocasiones nos olvidamos de su cuidado. Hay que valorar que es una de las partes de nuestro cuerpo más expuestas a las inclemencias externas por lo que, como en toda nuestra piel, hay que prestar especial atención a la hidratación.

En invierno tienden a resecarse con los ambientes cargados por calefactores o a agrietarse por el frío mientras en verano es el calor el que las seca. Por eso el uso de cremas hidratantes se hace imprescindible, además existen muchos formatos algunos muy cómodos para llevar siempre en el bolso (por muy pequeño que sea). Si nuestras manos comienzan a mostrar los síntomas propios del paso del tiempo es posible optar por cremas antiarrugas que controlen este proceso.

Pero también es recomendable protegerlas en diferentes situaciones. Puede que nuestro trabajo conlleve un constante ejercicio manual y veamos degradadas nuestras manos, pero también puede que se estropeen en situaciones diarias como la limpieza del hogar. El uso de guantes para proteger nuestra piel de los productos de limpieza permite mantenerla alejada de los elementos más agresivos.

La manicura también es relevante, no sólo por estética. Tanto si se acude a un salón de belleza como si nos la hacemos nosotras mismas en casa se deben apartar las cutículas con un quita cutículas, mantener las uñas igualas y mirarlas de vez en cuando porque las manchas que aparezcan en ellas pueden significar distintas cosas como la falta de vitaminas. La decoración va a parte del cuidado de la uña pero también hay que mirar las etiquetas de los esmaltes o productos que usemos habitualmente y buscar que no sean agresivas.

El cuidado de nuestro cuerpo ocupa cada vez más espacio en nuestra vida pero prestando atención en nuestras actividades diarias podemos ayudarnos a conservar mejor nuestra piel y mostrar unas manos perfectas.

 

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