Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la Incontinencia Urinaria es una afección que puede presentarse en personas de todas las edades, aunque con mayor prevalencia en las personas mayores, porque los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento pueden favorecerla. Este problema de salud siempre es señal de que algo no funciona como es debido en nuestro organismo: se trata de un síntoma (no una enfermedad en sí misma), asociado a múltiples trastornos: puede aparecer tras accidentes cerebrovasculares, Parkinson, problemas en la médula ósea, infecciones o como reacción indeseada a algún medicamento.

No hay que olvidar que en su mayoría se trata de casos curables, por lo que es importante consultar con nuestro especialista o médico de cabecera a la menor señal de alarma. Incluso en el extraño caso de que nuestra Incontinencia fuera, por cualquier causa, irreversible, nuestro médico nos recomendará las pautas de conducta más adecuadas para transformarla en un mal menos, impidiendo que afecte de forma destructiva a nuestra calidad de vida.

Como mujeres, especialmente si hemos tenido varios embarazos completos, padecemos un mayor riesgo de llegar a experimentar episodios más o menos crónicos de Incontinencia, bien por el debilitamiento del Suelo Pélvico que se produce tras el trauma del parto, bien por cuestiones derivadas de los cambios hormonales propios de la menopausia. Aún así, en ningún caso se trata de algo ni “esperable” ni “lógico”, de manera que hemos de acudir al médico en seguida.

Una vez en la consulta, bien del médico de cabecera, bien del ginecólogo o de urólogo, nos someteremos a diversas pruebas diagnósticas para determinar el origen de la afección, procediendo entonces a su tratamiento. Así, y dependiendo de la causa, podrá tratarse de antibióticos para las infecciones, ejercicios Kegel para fortalecer un Suelo Pélvico traumatizado, tratamiento psico-social para los problemas derivados de factores ambientales o funcionales, reajuste de fármacos o, en caso necesario, cirugía.

Como puedes comprobar, se trata de un campo muy amplio que han de ser los especialistas los que lo delimiten. Mientras tanto, que tu médico te recomiende los absorbentes más adecuados a tu caso y relájate; estás en buenas manos.

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