Superabuelas

Tuviste hijos, los criaste, crecieron y se emanciparon… Has entrado en una nueva etapa de tu existencia, plena de nuevas emociones y actividades, posiblemente tú y tu pareja os habéis jubilado ya y estáis planeando qué hacer con todo ese nuevo tiempo libre por delante… Y, de repente, la noticia. ¡¡Vas a ser abuela!!

La primera reacción: la lógica. Alegría, entusiasmo por esa nueva y pequeña vida que se une a la familia. Pero, ¿qué ocurre cuando te das cuenta de que han contado contigo para ser la “canguro”? Desde luego, lo harás encantada, pero ¿hasta qué punto?

El sentido de responsabilidad de toda madre hacia sus hijos se reverdece en esta situación. Pero, aunque parezca duro, hay que poner límites. Es necesario que continúes con tus planes, que no renuncies a tu vida privada, a tu relación de pareja, con las amigas, a viajar… Experimentarás el hecho de ser abuela como una imposición en lugar de como un regalo, renunciando a vivir una etapa de tu existencia a la que tienes todo el derecho del mundo. ¡Te lo has ganado!

Una cosa es echar una mano, que para eso está la familia, y otra hacerte cargo de la responsabilidad de otra persona. Hoy en día la planificación familiar impide en gran medida que tener hijos sea una cosa improvisada. Así que, si una pareja decide tener hijos, ha de tener previsto cómo responsabilizarse de ellos, sin cargarte con un papel que no te corresponde.

Tener nietos es una bendición. No permitas se convierta en una esclavitud para ti, precisamente en el momento en el que más te mereces disfrutar de tranquilidad. Después de haber sido una ‘supermamá’, nadie te puede exigir ser una ‘superabuela’.

¿Y tú? ¿Te has visto en una situación semejante? ¿Sientes que tus hijos abusan de tu buena voluntad o, por el contrario, te gustaría tener la oportunidad de disfrutar más de los nietos? ¡Cuéntanos!

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