Al hablar del debilitamiento del Suelo Pélvico y sus consecuencias os hemos hablado de la Incontinencia Urinaria. Sin embargo, ésta sólo sería un síntoma asociado de algo que podría ser bastante peor: el Prolapso Genital.

Cuando el Suelo Pélvico está seriamente dañado, debilitado o roto, se puede producir un descenso de los órganos pélvicos. Pude ser Parcial, distinguiéndose entre Prolapso Anterior, que produciría el descenso de vagina, uretra y/o vejiga, Prolapso Medio, con descenso de útero o de cúpula vaginal, o Prolapso Posterior, con descenso de recto. Cuando se dan todos o la mayor parte de ellos se llama Prolapso Total.

Los síntomas pueden incluir dolor en bajo vientre, pesadez o presión, estreñimiento, ‘bulto’ en genitales externos, molestias en la penetración, dolor de lumbago, problemas al realizar esfuerzos e Incontinencia Urinaria. La causa directa es el debilitamiento o rotura del Suelo Pélvico: esto se puede dar por problemas en el parto, falta de tonicidad en la musculatura pelviana o problemas derivados de la obesidad, entre muchos otros factores.

Es importante que, ante cualquiera de estos síntomas, acudas a tu médico de cabecera, que evaluará si estamos ante un problema de Prolapso y te derivará, en su caso, al uroginecólogo. Has de saber que la cirugía en este campo ha avanzado muchísimo, permitiendo grandes posibilidades de éxito de la manera menos invasiva posible.

Desde luego, antes de llegar a ello sería mejor invertir un poco de tu tiempo en prevenirlo: no nos cansaremos de repetir que mantener una buena tonicidad en tu Suelo Pélvico es esencial para mantener una buena calidad de vida. En caso de que estuvieses pasando por este trance, recuerda que nunca, nunca, has de evitar hablar de ello. No te encierres huyendo del problema, ¡todo tiene solución! O, al menos, tratamiento. Quedarte en casa pasando por ello tú sola únicamente logrará que te aísles cada vez más en ti misma.

Recuerda: tu vida es para vivirla al máximo. No permitas que algo que tiene paliativo te impida realizarte. Si estás a tiempo: acude a la prevención. Si no: acude a tu médico. Sobre todas las cosas, recuerda que no estás sola en esto: aquí tienes a un montón de amigas dispuestas a escucharte. ¡Cuídate!

Fuente| Teknon
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