Natación para personas mayores

Ya he hablado de la importancia que tiene el ejercicio físico y la dieta saludable para mantener una calidad de vida cuando llegamos a mayores. Hoy voy a profundizar en una actividad física recomendable para todas las personas mayores: la natación. El ejercicio en la piscina es una de las actividades físicas recomendadas para las personas mayores ya que aporta muchas ventajas y, prácticamente, carece de riesgos. Ideal para el fortalecimiento del suelo pélvico y la prevención y moderación de las pérdidas de orina.

Aunque parezca muy evidente, la gran ventaja y diferencia que tiene la natación con respecto a otros deportes es que se practica en el agua, lo que favorece la sensación de ingravidez, permitiendo relajarnos de las tensiones nuestro día a día, pero también provoca que hagamos más ejercicios ya que el agua es mucho más densa que el aire, por tanto, el esfuerzo es menor.

Además, la natación se practica en una posición de tumbados, lo que favorece el riego y la circulación sanguínea, por lo que es una actividad física adecuada para aquellas personas mayores que tengan problemas de tensión arterial ya que facilita el retorno venoso desde las extremidades al corazón.

Otro de las razones para que las personas maduras practiquen natación es que su carácter aeróbico también favorece la respiración, además, es un ejercicio aeróbico ligero, lo que facilita que podamos estar una hora nadando algo que, por ejemplo, es más difícil hacer si corremos.

Una de los aspectos beneficiosos de la natación en las personas mayores es que al entrar al agua, el peso del cuerpo es contrarrestado por la fuerza de la flotación. Huesos, articulaciones y músculos se liberan de la tensión a la que están sometidos por la fuerza de la gravedad, lo que nos beneficia en el alivio del dolor, el movimiento articular o mejora nuestra resistencia aeróbica.

Consejos
El aprendizaje de la natación en las personas maduras requiere mucha paciencia ya que es laborioso. Para empezar, lo mejor son una serie de ejercicios sencillos dentro del agua, como mover piernas y brazos, primero parados y luego, en movimiento; así como utilizar algunos elementos complementarios como manguitos, tablas o cinturones que evitan el cansancio y también aumentan la sensación de seguridad.

Es conveniente que, al menos, se practique la natación durante dos días a la semana durante unos 30 minutos así como introducirse a ella en grupo, es más fácil coger una rutina con otras personas que en solitario. También es conveniente comenzar de forma progresiva e ir aumentando la intensidad a medida que ganamos mayor resistencia aeróbica.

Imagen | El rincón del vago