Inteligente, solidaria, luchadora de los derechos sociales, políticos…Anna Eleanor Roosevelt fue la esposa (y prima de 5º grado) de Franklin D. Roosevelt, el presidente número treinta y dos de los EE.UU. Fue denominada por el también presidente de EE.UU, Truman, la primera dama del mundo y tuvo que atravesar uno de los momentos más complicados de la corta historia de vida de su país, la crisis o crack del 29. Es por eso que hoy la cogemos como ejemplo de persona que siempre persiguió sus sueños a pesar de la situación político social que la envolvía.

Eleanor fue la culpable de que la política se comenzara a feminizar, gracias a la lucha que  mantuvo en todo momento por los derechos de las mujeres y, sobre todo, a la influencia directa en las políticas del New Deal que introdujo su marido en esta época. En ellas se intentó sostener las capas más pobres de la población. Y lo cierto es que se consiguió. Pero no todo era estar de acuerdo con las políticas de su marido. Eleanor también se opuso a las medidas por las que Roosevelt aprobó el reclutamiento de 110.000 japoneses y descendientes de japoneses en la Costa Oeste de los EE.UU.

Con su envidiable sonrisa y su ilusión por bandera, Eleanor fue una de las encargadas de redactar la declaración de los Derechos Humanos de 1948, la culpable “todos los seres humanos” en lugar de “todos los hombres”.

Fue activista, diplomática, escritora y madre de seis hijos, en un momento en el que no era fácil ser todas esas cosas, y serlas a la vez. Fue una muestra de lo que podemos llegar a ser todas nosotras si nos lo proponemos y dejamos que nuestros sueños manden.

Imagen|Kings Academy

Fuente|El País