Se hace imprescindible acudir al tópico “compartir es vivir” que tantas veces hemos oído y usado. Que nuestras vivencias sean compartidas no solo mejora el autoestima y nos divierte, también es una oportunidad para aprender de los demás y ofrecer lo que podamos. Por ejemplo sabemos que nos divertimos más si hacemos ejercicio en compañía compartiendo las dificultades que nos encontramos en cada actividad, comentando los resultados que percibimos e intercambiando trucos y consejos.
Correr en solitario puede ser muy necesario para desahogarse pero normalmente nos gusta sentirnos acompañadas, especialmente por gente que tiene experiencias similares a las nuestras. Da igual de que deporte se trate, practicarlo en grupo siempre traerá resultados positivos. Ya sabemos lo que disfrutamos yendo a esas clases de pilates o de yoga en las que además de fortalecer nuestra musculatura ayudándonos en la prevención de diferentes molestias (desde dolores de espalda a incontinencia urinaria) podemos compartir nuestras rutinas.
Así, las clases en grupo son una gran oportunidad para mejorar y divertirnos por ello existen propuestas muy específicas destinadas por ejemplo a mejorar la posición de los órganos que conforman nuestro suelo pélvico. Cada día es más fácil encontrar algún centro deportivo o gimnasio cercano que ofrezca clases o talleres de suelo pélvico. Suelen realizarse en grupos reducidos, sin hacer diferencia por edad o por dolencias, y son un espacio para practicar diferentes ejercicios que fortalezcan la musculatura de nuestro suelo pélvico centrándose también el conocimiento de esta zona del cuerpo femenino y permitiéndonos compartir experiencias y dudas.
Acudir a clases de suelo pélvico conseguirá que sintamos mejorías físicas si padecemos incontinencia urinaria, pero también nos ayudará a prevenirla. Además es una oportunidad para aprender ejercicios completos que, cuando estemos escasas de tiempo, podamos practicar en nuestra casa. Solas o acompañadas.
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