Como ya hemos comentado en post anteriores, a partir de los 40 años comenzamos a sufrir una pérdida de masa muscular, ya que las hormonas sexuales disminuyen. Además, puedes notar cansancio o dolores de espalda. Sin embargo, y como siempre te decimos, lo importante es enfrentarnos a esta nueva etapa de la vida con una actitud positiva y decididas a mejorar nuestro estilo de vida para sentirnos increíbles, por dentro y por fuera.

Este es el momento de dedicarte más tiempo a ti, haciendo huecos en tu apretada agenda para esos momentos de relax y mimo tan necesarios.

Muchos son los estudios que afirman que el ejercicio físico puede retrasar el desgaste que se produce con la edad, y no solo eso, sino que, además, pueden fortalecerse tus músculos, ¡incluso para tu cerebro puede ser beneficioso!

La natación, un acierto seguro

La práctica de cualquier deporte siempre es positiva para nuestro organismo. Sin embargo, cuando decides incorporar en tu vida el ejercicio, es importante que selecciones aquella actividad que te parezca más atractiva para ti y que puedas realizarla sin problemas.

Podemos definir la natación como el movimiento o desplazamiento a través del agua mediante el uso de las extremidades corporales y sin utilizar ningún instrumento artificial. Gracias a ella, puedes reducir los efectos dañinos del estrés, mejorar y corregir malas posturas que adquieres con el paso del tiempo, desarrollar un físico atractivo y sentirte mejor contigo misma.

Esta actividad es considerada un deporte particular, ya que puedes realizarla en cualquier momento de tu vida, empleando diferentes entrenamientos en distintas disciplinas.  Te ayudará en tu resistencia, gracias a la acción propulsora que realizas por los movimientos rítmicos, repetitivos y coordinados de tus miembros superiores e inferiores.

Su disciplina es muy sencilla, ya que está basada especialmente en conocer su técnica y, en segundo lugar, en la resistencia cardio-pulmonar.  Uno de los objetivos que persigue es un planteamiento utilitario para tu día a día.

Si te has decidido a dar el paso y quieres practicar esta actividad tan beneficiosa es importante que tengas en cuenta una serie de consejos antes de adentrarte en este maravilloso mundo de la natación:

  • Debes hacerte un chequeo médico previamente para tener la seguridad de que puedes practicar esta clase de ejercicio.
  • Evita problemas hidratándote adecuadamente.
  • Es importante que calientes, antes de nada, prepara tus músculos y articulaciones con un breve entrenamiento.
  • Se perseverante para que puedas ver resultados positivos a corto plazo.
  • Como siempre, debemos ir de menos a más, no hay prisa, el ritmo te lo marcas tu misma.

Los beneficios de la natación

La natación te obliga a tener un movimiento continuado. Y es que, tanto si avanzas, como si te quedas suspendido en el agua, estás en permanente movimiento. Se trata de una disciplina aeróbica, que tiene beneficios en tu sistema cardiovascular y respiratorio:

  • Favorece la circulación de la sangre: Especialmente la de tus piernas gracias a la alternancia de contracciones y descontracciones musculares.
  • Ejerce acción de drenaje: Te evita padecer los temidos edemas y piernas cansadas por mala circulación.
  • Se mejora la respiración: Cuando llevas un tiempo entrenando. Esto se debe a que fortalecemos los músculos que se encargan de llenar y vaciar de aire de tus pulmones, de modo que cada vez se puede coger más aire en una sola inspiración. Optimizamos la utilización de nuestros pulmones, haciendo la respiración más eficiente y de calidad.
  • Reduce o previene el dolor de espalda: Fortalecerás todos los músculos y esto mejora tu postura corporal, y dirás adiós a los dolores de espalda.
  • Previene lesiones: Es beneficiosa tanto para tus músculos como para tus articulaciones, por lo que previene lesiones. Además, también es un ejercicio adecuado para tratarlas debido a su bajo impacto al llevarse a cabo en el agua.

La natación, además, es un ejercicio que puedes realizar durante todo el año, pudiendo alternar la piscina cubierta en verano con la piscina al aire libre o el mar, en verano. No necesitas ninguna preparación previa, ya que puedes empezar muy poco a poco, e ir aumentando el número de series, por ejemplo, o los metros o el tiempo que pasas en el agua.

Es importante, como ya te hemos dicho que no olvides calentar previamente y realizar estiramientos al final de cada rutina. A veces pensamos que, como nos vamos a meter en el agua, no necesitamos calentar previamente, pero lo cierto es que siempre que vayamos a realizar un ejercicio debemos calentar, para evitar lesiones y molestias, preparando al músculo para la actividad que va a desarrollar y dejándolo en unas condiciones óptimas para que disfrutemos a tope de esta actividad.

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¡Que pases un feliz día!