Siempre hablamos de lo importantísimo que es controlar nuestro suelo pélvico porque los beneficios son múltiples. El primero en el que siempre pensamos es en las mejoras que producirá en la incontinencia urinaria ya que mantener esa zona muscular a punto es una gran ayuda para controlar las perdidas. Para mejorar el fortalecimiento de esta zona existen múltiples propuestas; las más accesibles giran en torno a la realización rutinaria de ejercicios del método kegel, la gimnasia hipopresiva o el uso de otros elementos como las bolas chinas, que deben acompañarse del ejercicio pélvico.

Todos estos ejercicios son un simple medio para un fin común, mejorar nuestro suelo pélvico y, con ello, nuestra incontinencia urinaria. Pero no es el único beneficio de mantener a punto estos músculos que, por ser internos, suelen pasar desapercibidos en cualquier entrenamiento (aunque cada vez son más los gimnasios femeninos que los incorporan en sus rutinas).  Otro de los beneficios es mejorar nuestra calidad sexual. Trabajar nuestro suelo pélvico no solo nos ayuda a mejorar o prevenir diferentes molestias sino que nos permitirá también disfrutar de orgasmos más intensos y de hacer que nuestra pareja también los disfrute al poder trabajar nosotras sobre esta zona durante el sexo.

Incluir en nuestra puesta a punto diaria ejercicios con los que trabajar el suelo pélvico será una fuente de disfrute  y de calidad de vida. Cualquier edad es buena para comenzar a ser conscientes de la importancia física que tiene este grupo muscular que hasta hace poco solo era educado en casos de necesidad. Los beneficios, prevenir la incontinencia urinaria y disfrutar más del sexo, los medios, el ejercicio y unos minutos al día en los que ser conscientes de nosotras mismas.