Porque nos encantan las flores intentamos rodearnos de ellas, ya sea en casa o en la oficina disfrutamos cuidándolas y viéndolas crecer sin obviar el ambiente que crean de cierta unión con la naturaleza y armonía. Pero en muchas ocasiones, aunque las prestemos suficiente atención, se hace complicado cuidarlas. Cada una requiere unos mimos concretos, una zona concreta y no todas responden igual al espacio en el que están ubicadas. Sin contar con el tiempo que pasamos fuera de casa y su mantenimiento durante los viajes. Estos nos lleva a que los cactus sean una opción ampliamente demandada.

En parte porque a veces hemos oído que absorben las radiaciones del ordenador, una teoría incierta, y en parte porque son fáciles de cuidar y atractivas. Decorar un espacio con algún cactus genera un ambiente exótico, de tranquilidad. Pero que sea una planta con bastante resistencia no invalida que necesite cuidados específicos. El principal es el riesgo, será poco a poco, con el tiempo, cuando conozcamos con exactitud los periodos que nuestro cactus demanda pero lo habitual es hacerlo una vez a la semana. Es fácil percibir cuando necesita agua ya que la propia planta adelgaza aunque hay que valorar que en este caso, ya de pecar por exceso, es mas recomendado que falte el agua a que sea demasiado.

Y como en cualquier otra planta hay que prestar atención a la luz que recibe aunque tratándose de cactus de interior, los más comunes de forma habitual, puede ser difícil encontrar una ubicación que se la genere. Pero es importante colocarlo donde la reciba suficiente iluminación. En caso de que notemos que la planta tiene algún problema existen nutrientes que pueden mejorar su estado y recuperar su imagen. Una imagen ligada al desierto y los parajes solitarios porque el calor es un buen aliado para él.