Tradicionalmente hemos pensado que la celulitis era algo muy complicado de eliminar, cuando no imposible, y que las cremas y remedios caseros de poco (o nada) servían para luchar contra ella. Sin embargo, con los estudios y adelantos que tenemos hoy en día, se ha demostrado que no sólo esto era falso, si no que además, conseguir una piel tonificada y libre de esos dichosos “hundimientos” o piel de naranja, es mucho más sencillo de lo que pensamos. Para empezar es necesario que sepamos que la celulitis es una acumulación de grasa en las células adiposas de nuestro tejido subcutáneo, es por eso que una dieta equilibrada y libre de esas grasas que contribuyen a la aparición de la celulitis, nos ayudará a atajar mejor nuestros trucos para hacerla desparecer.

De este modo, dietas libres de un exceso de azúcares, grasas o hidratos de carbono, son muy buenas. Sin embargo hay que tener cuidado, ya que aunque la fruta y la verdura  son buenas alidadas de esta dieta sana, es importante también que tomemos proteínas. Por ejemplo, en dietas de personas vegetarianas, es recomendable añadir  algunos alimentos que contengan proteínas porque serán precisamente los que ayuden a tonificar la piel, los músculos y también  mejorar nuestra composición corporal. Además de la alimentación, en la que el agua, por supuesto no solo está aconsejada, si no que obligada porque ayuda a la oxigenación y también tonificación de nuestras piernas, el ejercicio es otro pilar fundamental para luchar contra la celulitis.

Realizando ejercicios como caminar, correr, hacer bici, subir y bajar escaleras… estamos consiguiendo una mejor circulación sanguínea, y por extensión, luchando contra la celulitis. Una circulación que también mejora considerablemente gracias a masajes, con geles normales, o si lo preferimos con aceites especiales, en la ducha. Masajear el área afectada con estos productos ayuda a remover esta celulitis y a correr la circulación.

Todos estos consejos, además, pueden ser acompañados de cremas y tratamientos que podemos encontrar en las farmacias y que, afortunadamente, cada vez son más eficaces. Sin embargo hay que tener en cuenta que estos tratamientos de nada servirán si previamente no hemos adoptado unos hábitos alimenticios saludables y realizamos ejercicios. Es decir, son complementarios, por sí solos difícilmente surgirán efecto.

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