Vivir
con incontinencia
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Esa molesta hinchazón… y más ¡en verano!

Estoy segura de que muchos ya sabéis a qué me refiero: esos molestos gases… se acumulan en nuestro tubo digestivo provocando la dilatación de las paredes gástricas, intestinales y abdominales, y generando hinchazón y molestias, que pueden llegar a ser muy intensas. Buscando algún dato curioso he descubierto que un individuo produce entre 1 y 4 pintas (0,5 y 1,8 litros) de gas por día y expulsa gases alrededor de 14 a 23 veces durante el día. Sorprendente, ¿no?

En ocasiones son el resultado de alguna dolencia, como las úlceras gástrica y duodenal, la dispepsia intestinal u otras afecciones digestivas, del efecto secundario de algún fármaco, o del consumo de lácteos en personas con intolerancia a la lactosa. Pero en la mayor parte de los casos se producen por un exceso de alimentos ricos en fibra, carbohidratos, celulosa, proteínas y grasas, y de bebidas gaseosas, o por cuestiones asociadas al estilo de vida: el estrés, la ansiedad o el nerviosismo, favorecen la aceleración el ritmo intestinal y una mayor deglución de aire.

Si nuestro caso está más relacionado con estos dos últimos factores, será más sencillo poner remedio. Pequeños cambios en nuestros hábitos nos reportarán sendos beneficios:

  • Reduzcamos el consumo de carbohidratos, legumbres (garbanzos, alubias y lentejas) y bebidas con gas.
  • Eliminemos de la dieta las verduras flatulentas, como la coliflor o la col.
  • Evitemos en la medida de lo posible la ingesta de frituras. Ya sé que en verano y sobre todo el sur, es casi imposible… Pero tratemos de restringirlo a uno o dos días a la semana nada más.
  • Y aumentemos el consumo de frutas y zumos naturales diarios, preferiblemente fuera de las comidas, para que se absorban rápidamente y no se produzca la fermentación de sus azúcares.
  • Comamos verduras de hoja verde cocidas, como acelgas o espinacas.
  • El pescado, preferiblemente hervido o asado.
  • Y la carne, igualmente asada y con poca grasa.
  • Si consumimos productos con enzimas digestivos para la «flora intestinal» (acidofilus, bifidus, etc.), pueden ser buenos aliaddos, siempre y cuando no alarguemos su consumo más allá de 2 semanas seguidas.
  • Comamos con medida, despacio y masticando bien los alimentos; así, las enzimas de la saliva rompan los alimentos antes de que se dirijan al tracto digestivo. Es recomendable mantener un ritmo diario de comidas.
  • Sustituyamos el café por infusiones digestivas.
  • Comamos menos chicles, pues al hacerlo, tragamos más aire
  • No nos tumbemos inmediatamente después de comer; caminemos descansadamente 10 ó 15 minutos
  • Y por qué no, dediquemos un ratito diario a la práctica de las ya conocidas técnicas de relajación: es una buena época para entrenarse para el estresante curso y siempre producen sensaciones agradables y placenteras.

Como veis, se trata de mantener hábitos de vida saludables, muy parecidos a los que hemos recomendado en otras ocasiones y con otros fines. Sea cual sea el motivo que nos conduzca a cuidarnos un poquito más, disfrutaremos de unas ventajas mucho más allá de nuestro objetivo.

Así que ya sabéis: ¡una razón más para dedicarnos un poquito de atención y sentirnos mejor!

Imagen| Bigstockphoto

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