Casi todo el mundo se ha enfrentado alguna vez en la vida a una ecografía y sabemos un poco en qué consiste y para qué sirve. La ecografía es un procedimiento rutinario en todos los centros de especialidades y hospitales para diagnosticar multitud de enfermedades que se producen en el interior de nuestro cuerpo. Con ella, los médicos obtienen una especie de fotografía con la que toman decisiones trascendentales para nuestra salud. De ahí que los avances en este campo sean bienvenidos.

Se está empezando a extender el uso de la ecografía tridimensional, comúnmente conocida como ecografía 3D. Este tipo de ecografía es una evolución de la ecografía tradicional consistente en la configuración de una imagen tridimensional a partir de la fusión de imágenes en dos dimensiones obtenidas durante la exploración del operario del ecógrafo.

Las ventajas que la ecografía 3D presenta sobre la ecografía tradicional radican en una imagen mucho más nítida del órgano a explorar, pudiendo rotarlo de una manera que el médico pueda encontrar cualquier anomalía que dé indicios de algún problema con mayor certeza, algo fundamental sobre todo en estadios incipientes de muchas enfermedades.

Si se consigue desarrollar esta técnica de manera satisfactoria, podremos decir adiós a muchos de los métodos tradicionales para la revisión del tracto urinario inferior. Hasta ahora nos hemos tenido que someter a radiológicas, relleno de vejiga y uretra con contrastes y otras técnicas muy intrusivas y desagradables a las que muchas tenemos pánico.

La ecografía 3D se puede llegar a convertir en una herramienta fundamental para el estudio de las disfunciones pélvicas que puedan derivar en incontinencia urinaria ya que permite observar todo el aparato excretor inferior de una manera volumétrica, incluyendo el suelo pélvico.

Muchas de nosotras nos hemos encontrado que no nos diagnosticaron a tiempo las disfunciones pélvicas. Esperamos que con los ecógrafos tridimensionales se reduzca la complicación a la hora de diagnosticar y también que con un sistema de visualización de los órganos más exacto y que permita observar los volúmenes de manera tan eficiente se reduzcan los fallos quirúrgicos.

Nosotras quizá ya no hemos llegado a tiempo, pero queremos que nuestras hijas y nietas gocen del lógico avance de la ciencia y puedan contar con herramientas que no pudimos disfrutar nosotras en su momento.

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