La Incontinencia Urinaria supone un trastorno en la calidad de vida de quien lo padece. Se trata de una afección no grave, pero molesta y potencialmente inhabilitante, ya que su consideración como tabú en nuestra sociedad puede hacer que se trate de ocultar, incluso al propio médico, propiciando la tendencia a recluirse, aislándose, de las pacientes, lo que a menudo desemboca en problemas asociados de tipo psicológico, aparte de agravarse las causas primeras de este síntoma.
Es evidente que todo tratamiento ha de encaminarse a curar o paliar las causas subyacentes que provocan los episodios de Incontinencia. Hoy en día existe un altísimo porcentaje de éxito, con intervenciones de diversa índole que dependen del momento del proceso en el que se tiene conocimiento de aquellos y del estado general de la paciente. Mientras tanto, y siempre con el consejo y supervisión de los especialistas, se recomienda el empleo de absorbentes especializados, como los de la casa Indas.
Los absorbentes no pueden ser considerados en ningún caso como sustitutivos del tratamiento a seguir, que será recomendado siempre por un médico, y que puede abarcar muchos ámbitos, desde el físico (fisioterapia), al químico e incluso la intervención quirúrgica, según las características de cada caso. Por el contrario, serán vistos como coadyuvantes necesarios y como manera de recuperar al máximo posible la calidad de vida de la paciente afectada.
Uno de los principales problemas asociados a esta afección se deriva de la inquietud y el estrés que produce no controlar los episodios de Incontinencia. La seguridad y confort que los absorbentes especializados proporcionan permite a la paciente continuar con su día a día, impidiendo que se obsesione y reduciendo la Incontinencia a una mera molestia, presumiblemente pasajera.
Es imprescindible recalcar la importancia de actuar en los primeros estadios de esta afección, pues cuanto más tarde se tomen medidas, más tardarán estas en producir los efectos deseados y más difícil será el tratamiento. Por ello, ante los primeros síntomas, acude a tu médico de cabecera. No permitas que la Incontinencia te controle. Actúa.
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