Hace años la gente escribía con plumillas. Muchas de vosotras os acordaréis: las estilográficas eran más propias de profesionales adinerados que de estudiantes, y los bolígrafos no se popularizaron hasta bastante después (hay que recordar a nuestras amigas más jóvenes que este país nuestro tan moderno lo es desde hace muy poco tiempo). Al escribir con plumilla y tintero, hacer un borrón era un accidente muy común. Un borrón no era algo que se pudiese borrar (no existía el Tipp-Ex), de manera que, si se pretendía presentar algo limpio, había que empezar de nuevo de cero. Hacer “cuenta nueva”.

Esta expresión ha llegado hasta nuestros días. Significa empezar de cero mentalmente, olvidando todo lo malo de la etapa anterior. Haciendo “cuenta nueva” como si el futuro que decidimos voluntariamente recomenzar fuera un folio en blanco en el que reescribir nuestra historia, esta vez sin borrones. La práctica, además, evitará que los cometamos. Pero a menudo no es tan sencillo como parece.

Para hacer borrón y cuenta nueva hay que tener muy claro cuál es el problema que tenemos que superar con esta actitud. ¿Una mala experiencia en el pasado? ¿Una ruptura emocional? ¿Un problema financiero? Y lo que queremos conseguir con todo ello. No valen ambigüedades como “la felicidad” o “la seguridad”, porque esas son metas que se pueden alcanzar de muchas maneras. Sino algo mucho más concreto en lo que enfocar nuestra energía: ¿volver a amar? ¿Sacar un negocio adelante? ¿Superar los traumas del pasado, que nos atenazan e impiden avanzar?

Una vez reconocidos la meta que queremos alcanzar y aquello que nos lo impide, sólo queda ponerse manos a la obra. A por el problema. Eliminando ese problema que nos bloquea, estamos rehaciendo la cuenta. Desde cero. Para, una vez terminado, poder avanzar. Pero tenemos que desear realmente hacerlo. De nada sirve querer, por ejemplo, superar un divorcio y volver a amar si guardamos como oro en paño todos los pequeños recuerdos de nuestra terminada relación.

Para superar todo aquello que no impide seguir adelante, continuar nuestra vida sin trabas, debemos ser absolutamente sinceras con nosotras mismas. Seguir adelante no sale gratis: hay que pagar un precio. El precio es dejar atrás, final y definitivamente, el pasado con todo lo que conlleva. Tras el borrón, la cuenta ha de ser realmente nueva.

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