En alguna ocasión hemos hecho referencia a la importancia de los ejercicios Kegel para fortalecer nuestro suelo pélvico y paliar los efectos de la incontinencia urinaria. Como ya sabemos, es muy frecuente que a causa de embarazos, partos, la deficiencia estrógenica, o incluso factores como la obesidad, debiliten los músculos de nuestro suelo pélvico. Este debilitamiento del suelo pélvico genera pérdidas involuntarias de orina que se incrementan con maniobras como la tos, la risa, los esfuerzos en general o los estornudos.
Para reducir estas pérdidas, es muy recomendable realizar unos ejercicios adecuados, pero, para ello, es imprescindible haber localizado bien los músculos del suelo pélvico sobre los que hay que actuar. La importancia de localizar bien estos músculos residen en que si realizamos estos ejercicios sobre otros músculos, como abdomen, nalgas, caderas… podemos obtener un efecto contrario al deseado porque estamos ejerciendo más presión sobre los músculos que controlan la vejiga.
Hay tres métodos que nos facilitan el trabajo: El primero de ellos es la interrupción de la orina. Cuando estemos orinando debemos intentar detener la salida de la orina, si somos capaces de hacerlo, es que estamos usando los músculos adecuados. La posición idónea para hacerlo es inclinar ligeramente el tronco hacia delante y separar las piernas.
Otro método es imaginar que quieres evitar la salida de aire del intestino. Contrae los músculos que usarías al hacerlo. Si sentimos contracción al hacerlo, quiere decir que vamos por el buen camino. Eso son los músculos que hay que ejercitar. El tacto vaginal también es una buena técnica para detectar los músculos sobre los que hay que actuar. El mejor método es tumbarnos, introducir el dedo en la vagina y apretar como si estuviéramos intentando detener la orina. Si sentimos que estamos apretando el dedo, estamos usando los músculos adecuados.
Una vez detectados estos músculos del suelo pélvico (si tenemos alguna duda podemos preguntar a nuestro ginecólogo, matrona, médico de cabecera…), el siguiente paso es realizar los ejercicios Kegel como tal. Eso lo detallaremos en futuros posts.
Si es verdad que como en todas las cosas de esta vida y más en los ejercicios físicos que van determinados a ciertas partes de nuestro cuerpo, si no se hacen bien las cosas, más bien puede resultar hasta incluso contraproducente.
Como bien apuntas amiga Ximena, los ejercicios Kegel hay que hacerlos bien y si puede ser al principio bajo la supervisión de alguna persona que sea profesional en el tema.
Yo aún soy relativamente joen para tener incontinencia urinaria, pero pese a no haber realizado los ejercicios Kegel, si te diré que utilizo las bolas chinas, pero no esas que producen vibraciones y dan placer, las que yo utilizo, son para tratar de fortalecer los músculos pélvicos, simple y llanamente me las introduzco y no dejo que se salgan por causa de la gravedad.
En alguna ocasión he estado tentada en probar también las otras, las que producen vibraciones, y cada día más estoy decidida a hacerlo. No dudes que cuando llegue el momento en que las utilice, te contaré.