Muchas veces el ritmo de la ciudad nos absorbe de tal manera que no nos permite pensar con claridad y disfrutar de lo que hacemos cada día. Hoy en día, la exigencias que se nos presentan nos obligan a estar pendientes de la casa, el trabajo, la pareja, los niños… y todo esto ¡sin parar ni un segundo!
Por todo esto es importante darnos un respiro de vez en cuando, permitirnos disfrutar de nuestra gente o, simplemente, de nosotras mismas en un espacio apropiado. Dos días en una casa rural puede tener un impacto más positivo de lo creemos en nuestra rutina semanal.
Hay grandes parajes en nuestro país en los que podemos practicar todo tipo de actividades como el senderismo, paseos a caballo, deportes de riesgo, y un largo etcétera. Un gran número de casas rurales nos ofrecen estas posibilidades con las que descargar el estrés de una vida llena de obligaciones.
A veces no es necesario ni si quiera movernos demasiado. El simple hecho de salir del entorno habitual y conectar con la naturaleza, disfrutando de la compañía de los nuestros, bien con juegos de mesa o charlas, nos ofrece una vitalidad en muchos casos olvidada.
Una buena opción también es viajar solos, encontrarnos con nosotros mismos, respirar aire puro e, incluso, conocer gente nueva, que es una de las posibilidades que ofrecen estos lugares. No hay que olvidar que somos parte del entorno natural y la conexión con la tierra ayuda a conectarnos con nosotros mismos. ¿Os animáis?
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