Partimos de la base de que cada vez existen más mujeres encantadas con su pelo. De antes era común que las que tenían melena lisa la quisieran rizada y viceversa, que las morenas querían ser rubias y viceversa… Pero ahora el paradigma ha cambiado, algo que también se ha visto influenciado por la facilidad que pequeños electrodomésticos o cosméticos nos dan a la hora de modelar nuestro cabello. Respecto al color muchas mujeres optan por dejarse las canas y otras prefieren mejorar su color natural u optar por uno que las favorezca más, para estos dos últimos casos hay que tener cuidado de que el tinte no dañe el pelo si no se aplica correctamente.

Muchas de estas mujeres que llevan años tiñéndose o que quieren lanzarse ahora a un nuevo color acuden a su peluquería de confianza para que las aconsejen y las tiñan. Otras prefieren hacerlo en casa ya que los tintes a la venta han mejorado progresivamente su aspecto y el cuidado del cabello.

El primer paso es escoger el color, para acertar podemos probar el tinte en un solo mechón para comprobar cuál será el resultado final valorando siempre que si tenemos el pelo oscuro será imposible pasar a uno rubio sin decolorarlo previamente. Si no sabemos decidirnos lo mejor es plantearnos cuál es el más acorde a nuestro tono de piel. Unos días antes de teñirnos debemos aplicar acondicionador a nuestro pelo para que absorba mejor el color y, una vez aplicado el tinte por primera vez, lo más normal es que en las siguientes ocasiones necesitemos solo teñir la raíz para equiparar nuestro tono natural al resto de la melena. Si este cambio de color lo hacemos en casa siempre será más cómodo aplicarse vaselina en los bordes del cuero cabelludo con la cara para que no nos quede ninguna mancha indeseable.

Pero el cuidado del brillo y el color no queda ahí, utilizar un champú para cabellos teñidos facilitará que se mantengan estos aspectos y prolongará el tono que hemos escogido.