Taichi camino al bienestar

En la naturaleza los movimientos son fluidos, naturales y no comportan daños. En la civilización esto no ocurre ya que los movimientos son bruscos, exagerados y dañinos. Los motivos pueden ser desde culturales hasta psicológicos.

Hemos perdido la capacidad de movernos de manera natural, forzándonos a una existencia de rigidez. El tai-chi se orienta a la corrección de esta rigidez puesto que trata de recuperar para el cuerpo la elasticidad que poseíamos en la infancia, de manera que el cuerpo se mueva como una unidad armónica.

Basándose en la teoría del Chi, que contempla la existencia de energías que fluyen por canales de nuestro cuerpo, energías que estarían bloqueadas por la rigidez anteriormente comentada; se buscaría un correcto tránsito de las mismas. En la práctica, esto se traduce en una correcta alineación de nuestro cuerpo y mente, es decir, un equilibrio perfecto.

Para lograrlo, la mente y el cuerpo han de funcionar al unísono. Se han de realizar los movimientos de manera consciente, al contrario que en otros ejercicios donde el cuerpo se mueve inconscientemente en la búsqueda de un resultado. En el tai-chi, el movimiento en sí es el objetivo. Ha de ser sin tensión, desplazando todo el cuerpo simultánea y uniformemente, abriendo y cerrando las articulaciones en un todo armónico.

No quiero terminar esta sección sin recomendaros vivamente que busquéis a un profesional para adentraros en este maravilloso mundo, que no es, a la postre, otro que el del redescubrimiento de todo lo que hay en vosotras mismas.

Buscad a personas expertas que puedan comprender vuestras necesidades específicas y que os ayuden a desarrollaros y aprender. Y, sobre todo, a disfrutar más de la vida y de vuestra propia existencia.
¿O ya estás acudiendo a clases con un maestro? Cuéntame tu experiencia, en ese caso. ¿Has notado una mejoría en tu estado físico o psicológico? ¿Te gusta? ¡Quiero saber!

Fuentes |
http://es.wikipedia.org/wiki/Cheng_Man-ch%E2%80%99ing
“Instrucciones avanzadas para la forma del Tai Chi” – A.L. Fernández de Castro, 1996
“La meditación Zen como terapia” Tomio Hirai – Ibis, 1994

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