Con la menopausia el cuerpo de la mujer se altera y con ello también el deseo sexual. No siempre tiene que ser así, pero sabemos que las alteraciones que se producen revolucionan a la mujer, física y psíquicamente.

La mujer deja de producir óvulos y eso es difícil de asumir, que ya no podrá ser madre (otra vez); aunque no quisiera tener (más) hijos este es un período de tristeza, donde una asume que la edad pasa por todos y que ahora nos toca también a nosotras.

Envejecer, cumplir años, no tiene que ser malo. No sólo se pierden cosas, se ganas muchas otras. Se gana respeto de los demás, se gana seguridad, conocimiento, tranquilidad, amor, hay quien gana nietos, ya con la despreocupación de educar porque para eso ya se han tenido los hijos.

Claro que si una lo ve como el fin de la vida, como la etapa final, se deprime, se queda sin ganas de hacer nada y, como consecuencia, surge la desgana: nos encontramos con la típica situación de “antes me gustaba salir, arreglarme, iba al gimnasio, salía con las amigas, de vacaciones con la familia, pero ahora, no sé que me pasa que nada me hace ilusión…”.

La tranquilidad de los años es algo que sólo lo sabe quien está pasando por ello. ¡Vosotras tenéis que ser testimonios a seguir!

¡Contadnos que hacéis para seguir siendo vosotras!

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