De regreso de las vacaciones ya has revelado o volcado los centenares de fotografías que os habéis hecho. Los lugares son maravillosos, te traen tantos recuerdos… y sin embargo, hay algo en todas las fotos que te desagrada. ¿Lo admites? ¡Eres tú misma! Te odias en las fotografías, no entiendes por qué todo el mundo está estupendo y en cambio tú no eres más que una caricatura con todos tus defectos a la vista.

¿Te has parado a pensar que no es exactamente así? Al verte en una fotografía inconscientemente buscas todos los defectos que crees tener, uno por uno. En cambio, al mirar a los demás ves el conjunto, e incluso, si hay un pelín de envidia, buscas sus virtudes para así hacer resaltar tus supuestos defectos. ¿Te suena de algo? “Mira, qué nariz tan enorme, qué barrigota, mira qué mal tipo, en cambio X siempre sale guapa…”

Así que, de entrada, te recomendaría que no te castigaras de esa manera: todos somos perfectamente imperfectos en la vida real, y como ves todo depende de los ojos que nos miren. Aún así, una amiga fotógrafa me dio unos consejitos para sacarme partido delante de las cámaras, que quiero compartir con vosotras. Ahí van.

Nunca te enfrentes al objetivo totalmente de frente. Si te van a fotografiar el rostro, vuélvelo ligeramente mostrando más tu mejor lado (ensaya para averiguar cuál es), baja un poquito la barbilla (disimularás la papadita) y concentra toda tu energía en los ojos; es ahí donde reside la belleza. No fuerces la sonrisa porque quedará falsa, pero tampoco quedes seria, porque eso te envejecerá y dará un aspecto demasiado severo y asimismo artificial; es mejor que te relajes y permitas fluir una semi sonrisa sutil. Este punto es muy importante: cuanto más relajada estés, más de ti dirá la imagen.

Si te van a fotografiar de cuerpo entero, no te plantes de frente: adelanta una pierna poniendo el pie delante del otro y gira ligeramente el tronco. Recuerda mantener los hombros relajados y hacia atrás, y estirarte hacia arriba como si un hilito tirara de tu cabeza: esto evitará la tripita y nos hará parecer más esbeltas. No dejes colgando los brazos inertes a ambos lados del cuerpo; hace desgarbado. Tócate el cabello o colócalo en la cadera pero de forma lo más natural posible: no estamos posando para una revista de moda, ¿verdad?

Cuando buscamos en las fotos nuestros defectos, lo que hacemos es desear no encontrarlos para convencernos de que no tienen importancia. ¿En serio necesitas que una foto te confirme lo maravillosa que eres?

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