Muchas veces hemos hablado de los ejercicios Kegel como los más indicados para fortalecer nuestro suelo pélvico, controlar las pérdidas de orina y tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, nunca hemos explicado de dónde proceden estos ejercicios y por qué ese nombre. La denominación procede del nombre de un ginecólogo americano llamado Arnold Kegel, que demostró en la primera mitad de los 90 que a través de ejercicios que potenciaban partes específicas de la musculatura del suelo pélvico, se podía llegar a reducir la incontinencia urinaria. Kegel publicó por primera vez estos estudios en  1948 y fue profesor adjunto de Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California.

Desde este momento la eficacia de los ejercicios, que refuerzan la musculatura voluntaria periuretral y los músculos del suelo de la pelvis, se ha ido probando en numerosos estudios. Y además, ha significado una revolución en este campo de la medicina ya que ha supuesto un tratamiento no quirúrgico, de primera línea, para la relajación genital. Pero no sólo eso, los Kegel también sirven para facilitar el parto y, en el campo sexual,  son los más recomendados para  alcanzar un mayor placer sexual.

Además de los ejercicios Kegel, este ginecólogo americano que murió en 1981, inventó el perineómetro Kegel, método utilizado para medir la presión del aire vaginal.

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