Quién no lo ha padecido alguna vez. ¡Y qué incómodo es! Esa sensación de pesadez constante, la hinchazón y el dolor, además de la impresión de tenerlo siempre en mente, obsesionándonos. Si padecemos Incontinencia Urinaria, además, añade una molestia y un problema a los que ya padecemos. Es el estreñimiento.

Naturalmente, todo depende de nuestro ritmo al evacuar: hay personas que, por norma general, van al baño una o incluso dos veces al día y otras que lo hacen tres o cuatro veces por semana. Pero cuando este ritmo se ve alterado, disminuyendo drásticamente, decimos que padecemos estreñimiento. Es recomendable actuar cuanto antes para evitar que se cronifique, convirtiéndose en una pesada carga para el día a día.

Pero si además padecemos Incontinencia Urinaria, es aún más importante que controlemos los episodios de estreñimiento, ya que éste puede contribuir a la pérdida del control de la vejiga. Al encontrarse el intestino lleno y duro, se ejerce una presión sobre la vejiga que disminuye su capacidad llegando incluso a obstruir el paso de la orina. Además, la fuerza ejercida puede debilitar los músculos del Suelo Pélvico, provocando pérdida de control y un deseo constante de acudir al baño.

El estreñimiento puede estar causado por múltiples factores, tales como una ingestión insuficiente de fibra o líquido, sedentarismo, medicamentos, problemas nerviosos o de ansiedad, uso prolongado de laxantes o enfermedades crónicas como el hipotiroidismo entre otros muchos. Para prevenirlo o combatirlo en la mayoría de los casos basta con cambiar hábitos nocivos por otros más saludables.

Así, hay que procurar beber entre litro y medio y dos litros de líquidos (agua, zumos, infusiones) al día, aumentar la fibra en a dieta, priorizando la verdura, las legumbres y los cereales integrales, consumir frutas y hortalizas frescas o cocidas, y realizar algún tipo de ejercicio a diario; una buena caminata ayuda a la motilidad intestinal.

Naturalmente, si llevas un tipo de vida sano y no existe razón aparente por la que se sucedan los episodios de estreñimiento, deberías acudir a tu médico de cabecera, ya que puede ser una señal de tu organismo de que algo no funciona como debería.

No te resignes: si hay algo que no funciona, trata de arreglarlo. Sobre todo cuando ese “algo” es tu propio cuerpo, que aún te tiene que acompañar en esta fantástica aventura que es la vida. ¡Que nada te pare!

Fuente| Health.gov

Imagen| Bigstockphoto