Sí, también son para el verano. Durante los meses de calor y sol aplastante los sombreros se convierten en un complemento imprescindible para proteger nuestra piel del sol en cualquier lugar y para evitar el calor excesivo en la cabeza. Pero aunque el sol comience a limitar sus horas de actuación el mal tiempo también es para los sombreros.

Es momento de hacer cambio de temporada en el armario y cambiar los sombreros de verano (pamelas, gorras de tela…) por los de invierno teniendo clara su función; protegernos del frío y, en ocasiones, de la lluvia si esta es débil o la distancia que recorreremos es corta.

Los sombreros con ala ocupan cada vez más espacio en escaparates y son muy versátiles, pero durante el mal tiempo es muy útil atender al tejido escogiendo uno que nos proteja como la lana, felpa o los impermeables. Todas sabemos que es muy difícil seleccionar atendiendo exclusivamente a su utilidad, por eso podemos centrarnos en algunos tips concretos para fortalecer nuestra imagen. Para empezar el color a de potenciar nuestro tono de piel pudiendo jugar con los contrastes y el estilo del sombrero a de acompañar al del resto de nuestro outfit, especialmente en looks deportivos. Después es importante atender a la estatura, no excediéndose con sombreros muy grandes las de menor altura, y a la forma del rostro. Los sombreros redondos son idóneos para rostros alargados o cuadrados, los clásicos borsalinos para caras redondas o triangulares, y son las caras ovaladas las que tienen más posibilidades ya que se adaptará a cualquier gorro.

No es cuestión de tendencias, es cuestión de protegernos de las inclemencias del tiempo aunque es muy difícil no prestar atención a cuáles son los cortes de la temporada, a los tejidos que encontraremos en las tiendas o a los cortes que mejor nos sienten. Escoger sombrero es cuestión de salud y coquetería.

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