Necesito tiempo para mí

¿Alguien más tiene esta sensación de que el día no cunde, que 24 horas se quedan muy escasas y que tiene tantas cosas que hacer que aunque tuviera un mes de vacaciones, necesitaría otro para tener vacaciones de verdad?

Nos hemos acostumbrado a vivir con el reloj en la mano y la sensación de falta de tiempo nos impide, incluso, disfrutar de los pocos momentos para respirar que nos permitimos.

El problema es que tratamos una y otra vez de reorganizarnos mentalmente y no vemos de donde sacar más tiempo, qué tareas eliminar… Intentemos gestionar mejor nuestro tiempo.

La primera pauta básica es dedicar un espacio a organizarnos. No hace falta mucho tiempo, con 15 minutos llega, pero debe ser un tiempo exclusivamente dedicado a esto, no compartido con teléfono, tele, niños, jefe, marido, … Busca un espacio “libre de interrupciones”, coge un papel y un boli, y respira profundamente un par de veces antes de empezar.

Realiza una lista exhaustiva de todas las cosas que tienes que hacer en el plazo de una semana, incluyendo tareas rutinarias y domésticas, visitas, llamadas telefónicas de rigor, …

Prepara a continuación un cuadrante-planning semanal: una cuadrícula en la que cada día disponga de su propio espacio para anotar las tareas asignadas. Algo muy importante es que el tiempo disponible cada día puede ser variable; algunos días salimos más tarde del trabajo o tenemos que llevar a los niños a una actividad.

Es importante ser realistas y contar sólo con el tiempo disponible real. Y también reservar, al menos, una hora semanal a nosotras mismas: leer, tomar un café con algún amigo, darnos un maneje, pasear, … Lo que sea, pero un ratito de ocio personal.

Llegados a este punto, iremos seleccionando del listado de tareas, aquellas que nos resulten “importantes y urgentes”. A veces cuesta trabajo relativizar la importancia de las cosas, pero no es igual de importante pasar la aspiradora que sentarnos a revisar las tareas de nuestro hijo, por ejemplo. Les tenemos que asignar un día y un tiempo de realización, sin ser muy ajustados, para evitar sentirnos agobiados por el cumplimiento del planning.

A continuación seleccionaremos las tareas “importantes pero no urgentes”. Como son importantes, no debemos ir retrasándolas, para evitar tener la sensación de no avanzar.

Entre las tareas restantes, habrá alguna “urgente pero no importante” y otras “ni urgentes ni importantes”. Generalmente se trata de tareas más o menos gratificantes, o totalmente prescindibles e irrelevantes; las primeras podemos ir intercalándolas en los planning de distintas semanas.

¡Ah! Y un truco final, pero fundamental: guardad siempre un ratito diario para imprevistos ya que puede que no nos dé tiempo a terminar en el plazo previsto, que surja una tarea urgente e importante o si no se llena, será para descansar.

Os animo a que hagáis la prueba. Está claro que uno aprende con la práctica, y entre los comentarios que vayamos haciendo entre todos, conseguiremos tener algo más de tiempo para nosotros mismos, algo fundamental para sentirnos bien. Y, vosotras, ¿qué hacéis para organizaros bien y que os dé tiempo a hacer todo? ¡Contadme!

Imagen| Bigstockphoto