¿Ya habéis empezado a realizar ejercicios hipopresivos? Si es así, ya os habréis dado cuenta de que es una forma sencilla y cómoda de mantener a tono nuestro cuerpo. Y si lo hacemos durante al menos uno o dos meses, incluso notaréis que resulta más fácil de lo que pensabais perder unos cuantos centímetros de cintura. Para mí ha sido todo un descubrimiento, y por eso me gusta compartirlo con vosotros.

Mi idea es que sigamos adentrándonos juntos en esta aventura. Indudablemente, lo ideal es que un profesional nos asesore y dirija de alguna manera nuestra evolución. Pero para que tengáis alguna evidencia más, os describo otros dos ejercicios sencillos y prácticos del método hipopresivo.

El primer ejercicio es una variación del que ya hemos practicado. Así partiremos de la misma posición: tumbados sobre la espalda, flexionaremos las rodillas apoyando totalmente los pies en el suelo, y llevaremos el mentón hacia el pecho para no lesionar las cervicales con una curvatura excesiva. Con las manos en la cadera, elevaremos las nalgas y la pelvis. De este modo, además de facilitar el acortamiento de los músculos que conforman la faja abdominal, nos daremos cuenta con más claridad si hacemos bien el ejercicio.

A partir de aquí, igual que en el primer ejercicio, trataremos de tensar la musculatura dorsal. Expulsaremos todo el aire de los pulmones y, manteniendo la apnea entre diez y quince segundos, trataremos de meter el abdomen lo más posible; descansaremos y después de tres respiraciones profundas, repetiremos el ejercicio.

Para mi segunda propuesta, nos colocaremos a cuatro patas, inclinando un poco más la cabeza entre los brazos para que el peso recaiga más sobre las manos que sobre las rodillas. Mientras contenemos la respiración, debemos tensar la musculatura dorsal, aumentando la contracción del serrato mayor (músculo que se encuentra en el lateral del tórax, bajo la axila). El efecto será la relajación del diafragma y la contracción del suelo pélvico, fortaleciendo la llamada faja abdominal.

La principal ventaja de realizar el ejercicio en esta postura es, parece ser, que la presión abdominal se ve mucho más reducida.

¿Probamos esta semana a ver cómo se nos da? La prevención o la mejoría en relación a la satisfacción sexual o la incontinencia se hará palpable a largo plazo, pero podemos estar convencidas de que estamos contribuyendo a ello.

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