No llego a padecer el síndrome de Stendhal, aquel que aumenta el ritmo cardíaco y produce vértigo y confusión a la vista de una obra de arte, pero cada vez que tengo a mi alcance una reproducción de la obra de Antonio López, caigo fascinada por su rotunda sencillez y su magistral pincel. De igual manera, me gusta especialmente revisar sus entrevistas, pues en ellas encuentro un hombre humilde que simplemente produce un arte que ama.
Una obra nunca se acaba, sino que llega al límite de las propias posibilidades
Esta frase, dicha por el artista, da una idea de la meticulosidad de su trabajo, con grandes proyectos en los que trabaja durante años, algunos a pie de calle, como los conocidos oleos de la Gran Vía madrileña y diversas perspectivas de la gran ciudad.
Para quienes seguimos a este gran artista, el verano trae buenas noticias, ya que desde el 28 de junio al 25 de septiembre de 2011 podremos disfrutar de la obra de Antonio López en el Museo Thyssen de Madrid. En la exposición se podrá disfrutar de una muestra retrospectiva de su obra, pinturas al oleo, dibujos y esculturas. Podremos ver los impresionantes paisajes urbanos de Madrid, pero también sus estudios sobre la figura humana, bodegones e interiores, y sus rotundas y descarnadas esculturas.
En esta muestra tendremos oportunidad de ver algunas obras aún sin terminar de este maestro del realismo, lienzos en los que López está trabajando en este momento, y bocetos previos a la realización de esculturas ubicadas en distintas localizaciones de la provincia de Madrid o en la ciudad de Valladolid.
Más información | Museo Thyssen Bornemisza