La miel, una aliada natural

Llega la época de los resfriados y no puedo evitar acordarme de las infusiones que tomábamos de pequeñas para combatir sus molestos síntomas. Siempre, invariablemente, las endulzábamos con miel. Una miel dulce y deliciosa que yo creía que sencillamente tenía por objeto mejorar el sabor de la hierbabuena, pero que con el tiempo he descubierto que mi madre nos daba para protegernos en esas fechas.

Efectivamente: la miel es tan rica en vitaminas, minerales y aminoácidos que se convierte en uno de los suplementos alimenticios más eficaces. A tiempo posee una acción antimicrobiana que nos ayuda a combatir las enfermedades infecciosas. Mi infusión con miel era un seguro anti catarros, además de aliviar la tos y otros molestos síntomas si ya estábamos resfriados. Además, servía para combatir los estados de astenia y cansancio tan comunes en las etapas de crecimiento (después del estirón ¡se convierte en imprescindible!).

Antiguamente la miel se empleaba como remedio frente a numerosos males. Desde siempre, sus propiedades cicatrizantes han sido aprovechadas en emplastos sobre heridas o llagas, revitaliza el cuerpo y la mente, y mezclada con canela aseguran que limpia la sangre y ayuda a combatir el colesterol. La tradición también le atribuye propiedades beneficiosas para el corazón, recomendando su ingesta en caso de haber padecido anginas de pecho o ataques cardíacos.

En el campo de la belleza, la miel ha sido siempre una gran aliada. Sus propiedades humectantes mantienen el cutis radiante y sus activos antibacterianos te ayudan a combatir el acné, siendo así el ingrediente imprescindible en cuanto tratamiento casero se pueda imaginar, además de en la propia industria dermatológica, que ha patentado numerosos compuestos con este producto.

En los tiempos que correr, aprovechar los recursos de la Madre Naturaleza parece que está en desuso, o que sólo se hace cuando algún famoso lo pone de moda. Sin embargo, las generaciones anteriores, a las que pertenecemos muchas de nosotras, sabemos que Ella nos brinda una gran cantidad de recursos que nunca serán sustituidos del todo por la industria y los bonitos botes brillantes del supermercado. La miel es un gran ejemplo de lo que digo. Seguro que existen medicinas, grajeas y compuestos con sus mismas propiedades y beneficios, pero ¿hay algo más placentero que ese momento sólo para ti en el que te tomas esa humeante taza de hierbabuena endulzada con miel de azahar o romero (mis favoritas)? A veces, en aquellas cosas sencillas se encuentra el secreto de la buena vida.

¿Y tú? Seguro que conoces algún remedio casero con miel. ¡Compártelo con nosotras!

Imagen| Bigstockphoto

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