Cuando hablamos del Botox, es inevitable pensar en cuestiones que se pueden considerar algo frívolas, ya sabéis: las arrugas del entrecejo de alguna marquesa, o los rostros de actrices y actores como Nicole Kidman o Sylvester Stallone, a quienes se atribuye un uso excesivo del Botox que les pudiera haber producido una cierta falta de expresión.

Pero el Botox, o toxina botulínica tipo A, no se queda ahí; ya conocemos algunas de sus aplicaciones terapéuticas, así como su utilización para paliar casos de sudor excesivo, corregir el estrabismo, o tratar ciertas afecciones vertebrales. Ahora hemos sabido, y acogido con alegría, la noticia de que se acaba de aprobar su uso en el tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia.

Sus efectos beneficiosos sobre el tratamiento de las pérdidas de orina se conocen desde hace tiempo, pero no ha sido hasta ahora cuando su uso ha obtenido un reconocimiento oficial por parte de la Irish Medicines Board, agencia certificadora de medicamentos Irlandesa, que ha aprobado y recomendado su uso en catorce países europeos.

El Botox lleva tiempo utilizándose en el tratamiento de la incontinencia de urgencia, siendo útil cuando los tratamientos farmacológicos, la reeducación, o la fisioterapia no dan buenos resultados, pero a partir de ahora, con esta buena nueva se abre un nuevo camino con un uso seguro y certificado. Recordad, no obstante, que ha de ser siempre vuestro médico quien prescriba el mejor tratamiento para vuestro caso.

Volvemos a ver como nuestros problemas tienen diferentes vías de solución, sumándose la aplicación del Botox a otras terapias que nos ayudan a sentirnos mejor, cada vez más seguras, libres y sanas. Quién nos iba a decir que esa sustancia utilizada en los rostros más famosos iba a tener un papel tan importante para nosotras ¿Os lo hubierais podido imaginar?

Más información | Instituto Indas
Imagen vía | Gonzalo Merat en Flickr