Estudios recientes demuestran que los problemas laborales, económicos, políticos o sociales en los que en mayor o menor medida, todos estamos inmersos estos días, están generando un aumento de las depresiones y el trastorno del sueño entre la población. Es algo completamente normal, nuestro organismo nota que algo pasa y le cuesta conciliar el sueño. Sin embargo, debemos tomar cartas en el asunto cuanto antes, intentar relajarnos, mirar de modo optimista todo lo que tenemos a nuestro alrededor e intentar mantener la calma.
Sobre todo, porque este trastorno del sueño, si se llega a hacer crónico puede acabar convirtiéndose en un auténtico problema de insomnio que nos lleve a la depresión. Algunas formas de evitar este sentimiento de desasosiego, tristeza y de nerviosismo que nos impide conciliar el sueño y que, además, puede ser la causar mayor de caer en una depresión , son trucos fáciles y que tenemos al alcance de nuestras posibilidades.
Uno de ellos es el deporte, con el que además de eliminar toxinas y sentirnos mejor con nosotros mismos, practicado en grupo puede ayudar a relacionarnos con los demás y evitar estar aislados en casa, y dándole vueltas a la cabeza. Además, está probado que la práctica del deporte por el día es uno de los mejores antidepresivos. ¿Por qué por la mañana? Muy fácil. Al practicar deporte estamos activando nuestro organismo, hecho que está muy bien por la mañana o por la tarde, pero por la noche, justo cuando después tenemos que ir a dormir, es un problema que nos dificultará mucho conciliar el sueño, y por lo tanto también nuestro descanso.
Además del deporte, a otra de las conclusiones a las que se ha llegado a través del estudio de los mecanismos biológicos que influyen en la depresión, es la importancia de la luz como medida terapéutica. Estudios epidemiológicos han demostrado que la gran tasa de suicidios que se den en el Norte de Europa, está ligada a la escasez de luz en esos países, que influye negativamente en el ritmo biológico interno de los ciudadanos.
Otro asunto importante a tener en cuenta, es el consumo de tratamientos farmacológicos relacionados con la depresión, mucho menos, cuando estos son consumidos sin receta médica. Debemos tener mucho cuidado con este tipo de auto medicaciones, ya que estamos tratando con auténticas bombas de relojería que pueden actuar de la manera menos conveniente en nuestro organismo. Por eso, lo mejor que podemos hacer siempre es consultar a un especialista.
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