“Cómetelo, que tiene muchas vitaminas”. Si no hemos repetido esta frase a nuestros hijos, seguro que la hemos escuchado de nuestras madres. Vitaminas, la panacea, el elemento esencial de la alimentación… pero, ¿qué son las vitaminas?

Las vitaminas son compuestos imprescindibles para la vida, en su mayor parte no sintetizables por el organismo, y que al ingerirlos de forma equilibrada y en dosis esenciales promueven el correcto funcionamiento fisiológico. No producen ningún tipo de energía, aunque funcionan liberándola al intervenir en las reacciones bioquímicas. Su función es la de facilitar las transformaciones que se producen en los diferentes procesos biológicos.

Al no poder ser sintetizadas por el organismo, será preciso asegurar su ingesta; es a través de la comida que nos hacemos con estas sustancias que, aunque en dosis pequeñísimas, son imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo. Para asegurarnos un correcto estado vitamínico, hay que priorizar aquellos alimentos más ricos en estas sustancias sobre aquellos otros que no nos aportan nada más que calorías “vacías”.

Siguiendo una alimentación equilibrada (nuestra dieta mediterránea es perfecta en este sentido) nos garantizaremos una adecuada ingesta de vitaminas. En caso de padecer carencia de estos elementos, siempre podemos acudir a los suplementos vitamínicos, aunque, como no nos cansaremos de repetirte, deberías hacerlo bajo supervisión médica.

Existen dos tipos fundamentales de vitaminas: las hidrosolubles y las liposolubles. Las primeras se disuelven en el agua, con lo que en caso de llegar a consumir una excesiva cantidad de aquéllas podrías eliminarla a través de la orina. Pero las segundas se disuelven en la grasa, quedando fijadas así en tu organismo. Un exceso de estas vitaminas podría generar un cuadro de hipervitaminosis, con consecuencias tan graves como su falta. Para evitar llegar a esto es importante no automedicarse y consultar siempre con tu especialista.

Hoy en día existe una creciente y preocupante tendencia a obtener lo necesario por la vía rápida. Por ello se han puesto muy de moda estos suplementos, y no es raro encontrar a gente que se alimenta de fast food y que, por completar su dieta con comprimidos de farmacia, cree estar consumiendo lo necesario. Nada más lejos de la realidad. Lo único que se consigue de esta manera es crear un complicado cuadro en el que los elementos esenciales para la vida se acumulan sin armonía, pudiendo desembocar en terribles enfermedades.

Cuidarse es una tarea de todos los días que comienza con respetar la alimentación. En lo que respecta al aporte vitamínico, hay algo que has de tener muy claro: comiendo siempre equilibrado y sano, no tendrás que preocuparte. Las vitaminas estarán contigo.

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