Quien sea aficionada a los crucigramas conoce bien su poder adictivo: las horas muertas que perdemos esperando a que nos atiendan en el médico o en cualquier oficina, los desplazamientos en transporte urbano o esos ratos tontos en los que una no sabe qué hacer son mucho más llevaderos si tenemos un bolígrafo y la página de crucigramas del diario, o uno de esos libritos específicos.

Pero es que, además de un fantástico entretenimiento, se trata de un maravilloso ejercicio para nuestra mente. ¿Ejercicio? ¡Sí, por supuesto! Tanta energía empleada en mantener una imagen juvenil y un cuerpo sano, y nos olvidamos de lo que es absolutamente fundamental para continuar siendo nosotras mismas: nuestro cerebro.

A partir de determinado momento de nuestra vida dejamos de esforzarnos. Parece que todo está hecho, la rutina se impone y parece que no hace falta concentrarse en nada. Poco a poco vamos cayendo en una especie de cómodo sopor mientras nuestros sentidos se embotan. Esto, que si nos ocurriese a nivel físico derivaría en una visible gordura y un empeoramiento de nuestra salud, es menos perceptible en nuestra mente, pero también ocurre. Por eso hemos de esforzarnos en pensar, en encontrar soluciones diferentes a los problemas habituales y en mantener todas las conexiones neuronales bien “engrasadas”, para lo cual, los crucigramas son una ayuda inestimable.

Además nos aportan conocimiento; ¿de qué otra manera sabríamos que el “yunque del platero” se denomina “tas”? y nos incitan a ir más allá. A conocer más palabras, más nombres propios, más personajes y situaciones… Impiden que se nos olviden términos que no usamos y espacian en el tiempo esas temidas lagunas a la hora de buscar la palabra exacta, ya que tenemos entrenado el “músculo” que se encarga de encontrarla.

De todas formas, no dejes de lado tus ejercicios diarios. Mantener tu cuerpo en buena forma física es también imprescindible para tu salud cerebral. El mantenimiento de una correcta circulación sanguínea, la adecuada oxigenación y, no nos cansaremos de repetirlo, unos buenos hábitos alimentarios son la otra pata de la mesa que mantiene equilibrada y activa tu mente.

Así que, si ya eres una de las miles que nunca viajan sin su cuadernito de crucigramas, enhorabuena. Si no, ¿a qué esperas? No encontrarás manera mejor de mantener bien activa la cabeza, lúcida y feliz.