En términos generales, cuando oímos hablar de fisioterapia, de inmediato lo asociamos con batas blancas, contracturas y molestias musculares. Pero va mucho más allá, siendo beneficiosa para muchas afecciones, entre las cuales se encuentra la regeneración del suelo pélvico. La fisioterapia del suelo pélvico es una especialidad encaminada a prevenir y tratar los trastornos de la región abdominal, pélvica y lumbar, aplicando diversos tratamientos según sea el tipo de incontinencia. Es un procedimiento no invasivo y con buenos resultados a la hora de aliviar los síntomas adversos, por lo que en muchos países es el tratamiento de primera elección para tratar las pérdidas de orina.
El diagnóstico es clave para acceder a la fisioterapia del suelo pélvico, ya que no todos los tipos de incontinencia son susceptibles de ser tratados mediante esta técnica, y cada tipo de incontinencia conlleva un tratamiento distinto, por lo cual se ha de llegar a la consulta teniendo una valoración profesional.
Tras un primer diagnóstico médico, el fisioterapeuta empieza proceso diagnóstico fisioterapéutico especializado, en el que se valora, analiza y evalúa la naturaleza e intensidad de la incontinencia. Esta terapia tiene un porcentaje de éxito de entre el 70-80% en los casos leves y moderados. Entre las funciones del terapeuta también está la de informar y aportar documentación sobre esta dolencia, fomentando un clima de confianza muy beneficioso en cuanto a la motivación del paciente, una cuestión que revierte en los resultados, ya que la constancia es un factor importante en esta forma de fisioterapia.
Lo que debemos tener claro es que las pérdidas de orina son tratables, que hoy más que nunca tenemos los medios de nuestro lado, y que un buen profesional puede ayudarnos a fortalecer nuestro suelo pélvico, mejorando nuestra calidad de vida.
Imagen vía | EdenWanderlust en Flickr
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