Seguramente que todas conocemos a alguien que ha cambiado radicalmente. Esa persona tímida en su juventud que de pronto adquirió una gran seguridad en sí misma, o esa otra que, tras experimentar un severo revés en su existencia, supo superarlo y transformarse en alguien mejor. Hablamos, por supuesto, de cambios en los que la voluntad de superación y mejora fue el motor, no de las pequeñas modificaciones de hábitos a que nos obliga la adaptación a una nueva existencia. Es decir: hablamos de gente que supo reinventarse.

A menudo nos sentimos bloqueadas. Nuestra vida, en determinado momento, tomó una dirección que ahora vemos que no nos gusta, pero los acontecimientos se van desarrollando como si de un tren en movimiento se tratara, de manera que parece imposible detenerlos. Es en esos momentos cuando podemos tomar la decisión que cambie para siempre nuestra existencia en la dirección adecuada. Es el momento de reinventarse.

Piensa en primer lugar cómo querrías ser. Piensa en qué es lo que te impide serlo. Piensa en el momento en el que crees que la cosa se torció. Será necesario regresar a ese punto para avanzar en el otro sentido. Si siendo adolescente eras insegura y tímida, y ahora todo el mundo te considera como tal devolviéndote a tu pesar el reflejo de lo que ellos ven, habrá que cambiar su perspectiva. ¿Cómo? Regresando a esa encrucijada, al comportamiento que provocó nuestra timidez, y superándolo, lograremos enganchar nuestro vagón en el carril correcto. Veremos entonces cómo en realidad no es la antigua imagen que los demás tienen de nosotras la que nos impide avanzar, sino que somos nosotras las que proyectamos en ellos la visión de aquella adolescente patosa y reservada. La crisálida eclosionó; en el momento en el que seas consciente de tus alas, los demás podrán verlas también.

Reinventarse no es más que elegir. Elegir la parte de nuestro “yo”, tan complejo, que queremos sacar a la luz, y remover para ello cuantos obstáculos hemos ido acumulando en nuestra existencia. Actúa como quieres ser y serás, porque es parte de ti y porque el mundo necesita saber que tú eres esa. Que tú eres así, tal y como quieres ser.

Imagen| Bigstockphoto