La mujer empieza a sentirse mal y a deprimirse porque cree que es la única y que no tiene con quién compartirlo. ¿A quién se lo voy a decir? ¿A mi marido que dice que esto son tonterías? ¿A mis hijas, que pasan todo el tiempo recomendándome brotes de soja y derivados? Que, por cierto, ya no puedo con tanta soja y tonterías! Pues así están muchas mujeres en la menopausia, solas!

En realidad no estáis solas, todas pasamos o pasaremos por este proceso del ciclo de la vida. Se os dais cuenta, en cada fase de nuestras vidas hemos ganado cosas, perdido otras y acumulado otras. Ésta no deja ser una fase más, donde se pierden unas cosas, se ganan otras y muchísimas más se mantienen.

Escuchamos a muchas mujeres decir “yo no quiero ser vieja”. La menopausia no es señal de vejez ni enfermedad, es una parte más del ciclo de la vida. Ocurre en todos los cuerpos femeninos, enfermos o no enfermos; eso sí, hace parte de la maturidad fisiológica, pero no es malo señoras!

Como bien sabéis la menopausia surge alrededor de los 50 años, edad en la que la mayoría de las mujeres siguen activas profesionalmente, sexualmente y afectivamente. No hay que quedarse en casa; hay que llamar a las amigas, encontrarles un hueco, o mejor dicho encontraros un hueco para echaros unas risas, compartir preocupaciones y buscar soluciones, y para esto nosotras, mujeres, somos muy buenas. ¡No podemos desperdiciar esa capacidad!

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