Cuando es mi cumpleaños me gusta adoptar un hábito saludable nuevo. Si el año pasado fue el año de subir las escaleras a pie, este año me he propuesto hacerle caso al médico y darle un respiro a mi vejiga para que me dure muchos años bajo control.
La verdad es que mi propósito de este año tiene truco y es muy fácil adquirir costumbres sanas para que esta parte tan delicada de mi cuerpo se mantenga en perfecto estado. Me he propuesto incluir dos hábitos en mis rutinas diarias:
- No ir al baño “por si acaso” pero tampoco esperar «a no poder más». Según el médico es bueno ir antes de dormir para que no me den ganas en mitad de la noche.
- Ir al baño con tranquilidad, sin prisas y dejando que la vejiga se vacíe del todo. Por lo visto es el mejor método para evitar infecciones de orina y para cuidar los músculos de la zona.
Yo creo que este año no me va a costar nada introducir estos dos hábitos en mi vida. La verdad es que hasta se pueden incluir en la filosofía slow, que nos invita a tomarnos la vida con calma saboreando cada instante.
Imagen | Tolano