Hace un par de días, en plena clase de Pilates mientras comenzábamos a realizar unos ejercicios especiales para fortalecer la musculatura del suelo pélvico, una de las mujeres del grupo dijo en voz alta la duda que muchas personas tienen y pocas se animan a decir: ¿Dónde está mi suelo pélvico?

No es una pregunta obvia. Hace falta tomar conciencia de tu cuerpo y pensarlo como una maquinaria compleja para poder diferenciar íntimamente cada parte de él. En general se suele pensar en la musculatura baja del cuerpo como un todo: abdominales oblicuos, rectos o piramidales, la famosa línea alba o los glúteos y los músculos del perineo se confunden y en ocasiones, algunos quedan en el olvido al momento del ejercicio.

Para identificar tu suelo pélvico y enfocarte en él cuando hagas los famosos ejercicios de Kegel que previenen o mejoran algunos síntomas como las pérdidas de orina, tienes dos “pruebas” básicas. Una de ellas es introducir un dedo en tu vagina e intentar “apresarlo” con la contracción de tus músculos. No hagas fuerza con el abdomen ni con las nalgas. Contrae y aprieta tu suelo pélvico (lo has encontrado) hasta percibirlo en tu dedo.

Otra forma de tomar conciencia de esta musculatura es cuando vas al servicio. Sentada en el inodoro, intenta cortar la emisión de orina cuando estás orinando. Allí está nuevamente tu suelo pélvico en acción. No es bueno cortar la micción repetidas veces, por lo que una vez que lo hayas identificado, ya está.

Los ejercicios para fortalecer tu suelo pélvico son sencillos y muy fáciles de realizar en cualquier momento y lugar, discretamente. Compartiremos muchos mas consejos para que te cuides integralmente, incluyendo cada rincón de tu cuerpo.

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