Contrólate: la autoexploración mamaria

El ritmo de vida actual, los malos hábitos alimentarios, la contaminación, las radiaciones… no se sabe a ciencia cierta cuál es la causa, pero lo cierto es que el cáncer ha pasado a ser una de las principales causas de muerte natural en occidente. Como mujeres, debemos saber que el de mama supone ya uno de cada cuatro casos de cáncer.

Como en casi cualquier enfermedad, una detección precoz puede ayudar a que las consecuencias sean mucho menos dramáticas. Para ello, debemos acostumbrarnos a examinarnos nosotras mismas. Hemos de proceder regularmente a la autoexploración mamaria.

El momento ideal del mes sería el de la primera semana después de la regla. En caso de que hayas llegado ya a la menopausia, acostúmbrate a hacerlo en los mismos días de cada mes. Lo primero será comprobar en el espejo que en tus senos no aparezcan zonas rojizas inexplicables, depresiones o bultitos perceptibles a simple visa. Cualquier anomalía: cambios en la forma de los pezones, costras o supuraciones… No olvides mover el pecho para examinar la parte inferior, y rotar el tronco para ver bien los laterales.

A continuación, procede a la palpación del pecho. Hay mujeres que prefieren realizarla en la ducha, otras en la cama con una de las manos bajo la cabeza. En cualquier caso, emplea siempre la mano para palpar el seno del lado contrario. Asegúrate de recorrer todo el pecho: si notas nódulos o te duele, será señal de alarma. Tras recorrer concienzudamente todo el seno, examina el hueco de la axila comprobando el tamaño de los ganglios. Por último, has de pellizcar el pezón para comprobar que no fluya ningún tipo de líquido.

Has de acudir inmediatamente a tu ginecólogo en el momento en el que notes dolor no achacable al síndrome menstrual o alguna de las anomalías que hemos comentado: secreciones por el pezón, bultitos u hoyuelos o cualquier otro tipo de cambio que no pueda explicarse.

Generalmente estas anomalías corresponden a procesos benignos más o menos comunes: sólo en una pequeña proporción se deberán a cáncer. Sin embargo, también has de recordar que un proceso cancerígeno tomado a tiempo es muchísimo más fácil de tratar y curar. Recuerda siempre, que la autoexploración salva vidas. No te olvides de enseñárselo a tus hijas.

Seguro que muchas realizáis autoexploraciones y alguna puede que haya encontrado algo gracias a ellas. ¡Cuéntanos tu experiencia y así animarás a nuestras amigas a realizársela!

Imagen| Bigstockphoto

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