La edad y el sexo son los dos factores más asociados a la incontinencia urinaria. Según el Instituto INDAS, Un 8% de las mujeres en torno a los 50 años y un 12% al rebasar los 70, padecen incontinencia. A partir de los 70, las cifras entre hombres y mujeres se aproximan, aunque siempre con una mayor prevalencia femenina.
Sin embargo, a pesar de ser algo común, no se habla de la incontinencia como de otras dolencias. En muchas ocasiones se tarda demasiado en consultar al médico y buscar soluciones. Las justificaciones para ello son múltiples y diversas: la incontinencia es muy leve y no molesta, no se puede hacer nada así que hay que aguantarse, van a pensar mal de mí y me dará mucha vergüenza, no sé a quién consultarle mi problema, …
Mi objetivo es contribuir a superar este tabú tan incómodo y enumerar todas aquellas circunstancias en las que sería recomendable pedir ayuda al médico o al especialista:
- Si se produce cualquier escape involuntario de orina
- Si se tienen pérdidas, sin importar la cantidad, al toser o estornudar, reír, levantar algún objeto, realizar deporte o cualquier otra actividad física.
- Si la urgencia por orinar hace que sientas que es imposible aguantar o llegar al baño a tiempo.
- Si de manera sistemática se orinan cantidades pequeñas (menos de aproximadamente una taza de té, 200ml.) pero con una frecuencia mayor de lo habitual (más de ocho veces al día).
- Si durante la noche es necesario levantarse varias veces a orinar o se moja la cama.
- Si resulta difícil iniciar la micción, es necesario esforzarse para orinar o el chorro se interrumpe involuntariamente.
- Si se siente que la vejiga no se ha vaciado por completo después de orinar.
- Si se nota ardor o malestar al orinar
- Si siempre se tiene sed y hay que orinar con mucha frecuencia (podría ser un indicador de diabetes).
- O si se tienen que modificar hábitos o prácticas, por ejemplo, ejercicio por algunas de las circunstancias anteriores.
Cualquier cambio que observéis en vuestros hábitos de micción o en el comportamiento de la vejiga puede ser objeto de estudio por un especialista. Superar la vergüenza y la timidez ayuda a poner remedio a la incontinencia de forma sencilla.
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