La falta de control en las pérdidas de orina es una de las grandes preocupación de quienes padecen incontinencia urinaria. Esa preocupación constante es especialmente molesta y por ello intentamos acostumbrar a nuestro cuerpo a ciertas rutinas que mejoren la incontinencia. Encontramos una solución en revisar pequeños hábitos diarios que, modificados apropiadamente, conseguirán que nos sintamos más seguras.

Junto a los hábitos clásicos como evitar el estreñimiento, vestir una ropa cómoda o mantener un peso y una dieta equilibrada se encuentra también el de prestar atención a los momentos en que orinamos para ayudar a nuestra incontinencia urinaria y prevenir otras complicaciones. Lo habitual es que la necesidad de orinar surja entre cada tres y seis horas, pero no existe ninguna cifra que pueda aplicarse a todos los pacientes de incontinencia urinaria, como siempre el mejor consejo será el que os dé vuestro médico o el profesional que gestione vuestro tratamiento.

Definir el tiempo preciso se hace complicado aunque hay algunos aspectos que son interesantes de valorar. Intentar orinar cada poco tiempo puede generar a la larga otras disfunciones ya que la vejiga se acostumbrará a retener poco líquido y puede convertirse en hiperactiva. Pero si por el contrario se micciona cada mucho tiempo la vejiga puede perder elasticidad siendo más propensa a infecciones. Además se hace necesario reeducarla, por ello el periodo de tiempo que pasa entre micción y micción ha de ser regular pudiendo comenzar con intervalos más cortos e ir ampliándolos progresivamente.

Como siempre el mejor consejo es conocernos a nosotras mismas y dejarnos guiar por profesionales para incorporar en nuestras vidas nuevas rutinas que mejoren la incontinencia urinaria.

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