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El trabajo, la familia, las dificultades para llegar a final de mes, los problemas con el cole de los niños, con las vacaciones, con la hipoteca…son asuntos en los que gastamos demasiado tiempo a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, muchas veces olvidamos hacer caso a esas pequeñas cosas que, aunque parezca mentira, pueden hacernos más llevadero estos problemas que nos acechan diariamente. Uno de esos pequeños detalles es nuestra pareja. Esa persona que siempre está ahí, y para la que nosotras también estamos, aunque por dejadez o falta de tiempo no nos preocupemos demasiado de demostrarlo. Para paliar estos malos hábitos y también evitar esa temida rutina en nuestra pareja, hoy traemos unos pequeños consejos que seguro te encienden la bombilla.

Para empezar, puedes organizar algo que tu pareja no se espere. Deja a los niños con los abuelos y desconecta durante unos días de la rutina de trabajo, niños, casa-casa, niños, trabajo. No es necesario que te vayas muy lejos, ni si quiera que gastes mucho dinero. Lo importante es el detalle, la sorpresa de tu pareja y sobre todo que podáis estar un par de días a solas. En muchas ocasiones cuanto menos planifiques esta salida, mucho mejor.  De igual manera, planificar constantemente las actividades en casa puede llegar a ser aburrido y también contraproducente para tu relación de pareja. Está bien estar preparado para planes, tareas y eventos que sabemos que van a ocurrir, pero no olvides dejar algunos cabos sin atar… también tiene su magia.

Piensa en todas aquellas cosas que antes hacíais juntos y que ahora ya no hacéis, y ponlas en práctica. Será más fácil de recuperar de lo que piensas, ya verás. Cuídate tú. Ve de compras, siéntete guapa, haz cosas para ti… Sintiéndote bien contigo misma, tu relación de pareja lo notará. Del mismo modo no olvides los pequeños detalles: besitos, abrazos, caricias… esas cosas que están ahí, que no cuesta hacer y cuya repercusión es impresionante.

Igual que no nos cuesta nada escribir un sms, un whats up o un email en mitad de la mañana para sorprenderlo y desearle un buen día, por ejemplo. La comunicación es esencial. Hablad de vuestras cosas, de vuestro día a día y por supuesto de vuestros sentimientos, miedos, que cosas echáis en falta… Sobre todo, dile que lo mucho que lo quieres y que lo necesitas. A veces se nos olvida.

Imagen| Bigstockphoto