En realidad, poco se puede decir de Amy Winehouse que no se haya dicho ya. Pero siempre es bonito recordar a una gran artista, con alma soul, encerrada en un cuerpo autodestructivo que consiguió con una breve pero intensa discografía, pero también con una repentina muerte convertirse en mito. Justo estos días se está celebrando el segundo aniversario de su muerte, y como mujer pionera en mucho ámbitos (sobre todo en el musical) y luchadora queremos rendirle nuestro pequeño homenaje. La cantante de familia judía, fue pionera, o por lo menos revolucionaria en el sentido de que supo mezclar como nadie estilos de música tan variados como el jazz el sol, el R&B y el ska, por ejemplo.

Pionera, también, porque fue la primera mujer en la historia que ganó cinco premios Grammy en una misma noche (estaba nominada a seis por “Back to Black”) y además, la primera artista británica en ganar tantos Grammys. Convirtiéndose así en una influencia muy potente en mujeres que se dedican a la música en general y al género soul en particular. Este hecho, reconocido por todos los expertos musicales, eleva el papel de Amy Winehouse en la industria musical, al de mito.

Pero Amy además de pionera también fue luchadora porque se enfrentó a lo peor que uno se puede enfrentar, a sus propios monstruos, inseguridades y adicciones. Unos problemas que al final le acabaron ganando la partida. Estés donde estés, Amy, descansa en paz.

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