Después de pasar años y años de tu vida preparando mochilas para el cole, llevando a los niños a revisión del pediatra o del dentista, yendo a reuniones de padres y repasando mates para la evaluación… llega un día en que ves que vuelan solos.

Y no sabes qué hacer.

No digo que no sepas qué hacer con tu vida, sino que debes asumir un nuevo rol para continuar la relación con tus propios hijos.

Ya no dependen de ti para todo. ¡Mami! ¿Dónde está la camiseta azul? ¡Mami! Necesito una libreta extra y el regalo para el cumple del sábado. ¡Mami! ¿Me puedes llevar a…?

Los ves que han crecido y que son autosuficientes en algunos aspectos. En ocasiones, no del todo ya que se creen mas independientes de lo que son realmente. Al menos éso es lo que quieres creer. Que mantienes ese rol de sostén, apoyo y consejo que has intentado forjarte con tanto madrugón para llevarlos al cole, por ejemplo.

Te planteas cómo será tu día, tu casa, tu vida cuando se vayan. ¿Síndrome del nido vacío? Sí, seguramente sentirás el hueco de sus ausencias, la inutilidad de ciertos reflejos adquiridos y el silencio, a pesar de haberte pasado años pidiendo que bajaran la voz.

Sin embargo, cuando los hijos se van, debes sentirte orgullosa. Has sabido cumplir con la tarea más difícil y ahora pueden volar por si mismos.

Y tú tambien. Rediseña tu día, tu casa, tu vida tomando las riendas y proponiéndote nuevos retos. Eres fuerte, activa y tienes muchos sueños por cumplir.

Foto | Dennis Donohue